Félix Salgado Macedonio, un personaje de la farándula política que se exhibe procaz, bravucón y altanero, y sobre quien pesan acusaciones graves, es el candidato de Morena para competir por la gubernatura del estado de Guerrero. En Zacatecas, David Monreal buscará la gubernatura que ya ocupó su hermano Ricardo, actual coordinador de los senadores morenistas; y en Michoacán hará lo propio Raúl Morón, exlíder de la CNTE que saltó del PRD al PT y luego a Morena. Los tres representan a la clase política de Morena. En el colmo del cinismo, en su campaña llevarán bajo el brazo la “Guía Ética para la Transformación de México” y hablarán de su superioridad moral.
Si alguien bautizó, con justeza, al grupo de gobernadores priistas que acompañó a Peña Nieto “la generación podrida”, ¿cómo se llamará ésta, en la que sobresalen Cuauhtémoc Blanco (PES), los morenistas Jaime Bonilla y Miguel Barbosa, y a la que podrán sumarse, si ganan, Salgado Macedonio, Monreal y Morón?
Varias lecturas ofrecen estos hechos. Por una parte, que contribuye a explicar la degradación de nuestra vida pública, la lógica de los partidos de escoger como candidatos a los desertores de ayer, que hoy ofrecen una lealtad ciega, o a los más “populares”, según encuestas clandestinas. Por eso, algunos partidos, andan a la pepena de exfutbolistas, artistas u otras figuras de la escena pública. Se trata de avanzar en la kakistocracia (kakistos, el peor; kratos, gobierno), entregarle el poder a los peores. Pero lo anterior habla, también, de la pobre cultura cívica de quienes votan por ellos.
La decisión de imponer a Morón en Michoacán ha llevado a Cristóbal Arias, antiguo militante de la izquierda cuauhtemista, a romper con Morenay denunciar la “burda imposición”. Por su parte, John Ackerman, uno de los más duros defensores de la 4T y cuñado del aspirante Pablo Amílcar Sandoval, no resistió el desenlace en Guerrero y el miércoles 30 de diciembre, desde su cuenta en Twitter, denunció que Delgado “se echó para atrás frente a presiones de parte de sectores mafiosos incrustados en Morena temerosos de perder sus privilegios y negocios”. “Se pone en riesgo el éxito de la Cuarta Transformación y Morena se acerca cada vez más al triste desenlace histórico del PRD”, concluyó.
Si Salgado, Monreal y Morón ganan el 6 de junio se afirmarán cacicazgos como los que dominaron la escena política hace cien años: un manejo grosero, atrabiliario, del poder. La Cuarta Transformación habrá sido clave en la degradación mayúscula que asoma en la vida pública.
Posdata. Cuando recién había cumplido 40 años (1980-2020), Las Mercedes —un clásico de la cocina mexicana— cerró sus puertas. Agotados todos los recursos, no había forma de resistir. Una decisión triste, sobre todo, porque muchas familias se suman a los cientos de miles que en estos días enfrentan el desamparo. Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario. @alfonsozarate