En este momento que vivimos en el país es pertinente reflexionar lo que fue la transición en el año 2018. Su servidor tuvo el encargo de coordinar estos esfuerzos al ocupar la titularidad de la Secretaría de Gobernación y debo mencionar algunos datos que fueron relevantes y uno decisivo sobre la convicción del Gobierno en turno.

Los cambios de gobierno sexenales se dieron en el país a lo largo de décadas, de manera fluida, sin mayores contratiempos en lo administrativo, esto se explica porque si bien cambiaba la titularidad del Poder Ejecutivo, el partido político que lo postulaba era el mismo.

Es en el año 2000 cuando el titular del Ejecutivo Federal tiene un origen partidista diverso, es que se establecen los grupos de transición conformados por representantes de las diversas entidades y dependencias públicas, y personas designadas por el equipo del Presidente Electo para encargarse a lo largo de los últimos meses del periodo presidencial del proceso de entrega-recepción, una vez que el órgano electoral constitucionalmente facultado emite la declaratoria correspondiente.

En 2018, durante varios meses (el nuevo Ejecutivo Federal asumiría la Presidencia el 1º. de Diciembre y la elección tuvo lugar el 1º. de julio de ese año) se llevaron a cabo estas tareas, por lo que algunas reflexiones de ese momento cobran relevancia y solo me referiré a algunas de ellas.

En 2018 el resultado electoral y su expresión en los ámbitos legislativo y territorial fue el marco en el que se desarrolló la llamada transición. Esto permite afirmar que no se trataba de un cambio solo de Gobierno, lo que ocurrió en el país fue el inicio de un cambio de Régimen, una posición política con un modelo distinto de desarrollo en lo político, en lo económico, en la ejecución de políticas públicas y en el campo social, fundamentalmente.

El marco institucional en que la transición política se desarrolló en ese tiempo fue absolutamente democrático, nuestra democracia tenía la madurez suficiente que permitía que las instituciones y las personas actuaran dentro de ella.

La magnitud y profundidad de los cambios en el país han generado la especulación decenas de veces sobre un posible “pacto” con el Gobierno que resultó triunfador en la elección. Aquí lo aclaro, no existió tal, los números de la votación del 2018 hablan por sí mismos. Lo que hubo fue una convicción que hoy se sostiene: apostar por la vida democrática del país y el respeto a sus instituciones.

Esta convicción no era una simple expresión, en la vida, las lealtades, convicciones y creencias, se ponen a prueba en los momentos difíciles. Muchas presiones, como es natural en un país tan complejo como el nuestro, se ejercieron desde las posiciones de poder que ocupaban los intereses en juego para expresar y presionar a que se interviniera en la elección, buscando con ello un resultado distinto al que la tendencia electoral expresada en las encuestas marcaba.

Solo quiero dejar constancia de la convicción del presidente Enrique Peña en quizá el momento más crítico de esas presiones, para que se interviniera en cambiar candidatos (en plural) y tener un nuevo abanderado de varios partidos políticos para el resto del proceso electoral, los nombres son irrelevantes frente al hecho, ciertamente la ley electoral permitía el ajuste pero la gobernabilidad del país estaba en juego.

Así se dio la determinación que tomó el Presidente y la comentamos (recuerdo bien un domingo ya de madrugada) que fue: “Mi decisión es que nosotros jugamos con unas fichas y unas reglas, y nos vamos hasta el final con esas fichas y esas reglas”, y así ocurrió: apegar las acciones al marco de la Constitución, nuestro país lo merecía.

Por ende, en el proceso de transición ya en específico, se instruyó brindar el apoyo necesario para que el nuevo gobierno tuviera la mayor información que le pudiera servir en el inicio de su gestión.

En lo que toca al espacio de interlocución del Gobierno a los representantes del Gobierno entrante, quiero destacar la labor de las personas y las áreas que participaron en él, particularmente quiero dejar constancia de la eficacia y sensibilidad en el respeto a convicciones y contexto del licenciado Julio Scherer Ibarra, a quien el Presidente López Obrador encargó estos trabajos, el resultado es de todos conocido.

Hubo un cambio de Régimen, democrático, en paz y ordenado.

Abogado y político mexicano, ex secretario de Gobernación

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