El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha vivido momentos cruciales en su larga historia política. Desde su fundación, ha sido protagonista de grandes transformaciones en el país y hoy, más que nunca, se enfrenta al reto de reinventarse para responder a las necesidades de una sociedad mexicana cada vez más demandante, crítica y participativa. En este contexto, el PRI se posiciona como una opción de oposición inteligente y estratégica, con la firme convicción de que lo mejor está por venir.

La Asamblea Nacional XXIV del PRI marcó un antes y un después en la reconfiguración del partido. Durante este encuentro nacional, las y los priistas de todo el país se dieron cita para participar en mesas de análisis donde se discutieron, debatieron y, sobre todo, se tomaron decisiones fundamentales para el rumbo del partido en los próximos años. Este ejercicio democrático interno permitió que la militancia expresara sus inquietudes y propuestas, las cuales fueron integradas a una nueva hoja de ruta que guiará al PRI hacia su modernización y fortalecimiento como un partido verdaderamente abierto a la ciudadanía.

El PRI ha entendido que los tiempos han cambiado y que es imperativo adaptarse a las nuevas realidades del país y del mundo. Se determinó que la modernización no solo será de carácter organizacional, sino también ideológica. El partido se compromete a ser un actor clave en la política digital, utilizando las herramientas tecnológicas para conectar con las nuevas generaciones y asegurar una comunicación directa y transparente con la ciudadanía.

Uno de los mensajes más fuertes que surgió de las mesas de análisis fue la necesidad de abrir el partido a la ciudadanía, escuchando sus demandas y preocupaciones.

La Asamblea Nacional XXIV subrayó que la fortaleza de un país reside en el respeto a la ley, la pluralidad y el diálogo. El partido se compromete a luchar por la preservación de estos valores, sin caer en el populismo ni el autoritarismo, posicionándose como una opción responsable y madura frente a los embates contra la democracia.

Lejos de asumir una oposición visceral o reactiva, el PRI ha decidido actuar con inteligencia y estrategia. Esto significa que el partido no se opondrá a todo por el simple hecho de estar en la oposición. En cambio, su postura será analítica y propositiva, apoyando aquellas iniciativas que beneficien a México y señalando con argumentos sólidos lo que considere perjudicial para el país. Esta estrategia ha sido definida destacando la importancia de construir alianzas amplias con otros actores políticos y sociales para lograr un contrapeso efectivo al poder.

Con un renovado compromiso de modernización, apertura y defensa de la democracia, el PRI se prepara para lo que viene: una etapa en la que lo mejor está por venir, no solo para el partido, sino para México entero.

Presidente Nacional del PRI

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