La reubicación industrial es un proceso que trae consigo grandes beneficios, pero sobre todo grandes desafíos para los diversos países interesados en albergar nuevas y más empresas en su territorio; en el mapa aparece preponderantemente México, pero la falta de visión gubernamental no está facilitando que esas industrias se asienten en la magnitud que debieran y por ello, están volteando la mirada hacia Vietnam, Turquía o Brasil.
¿Qué no está haciendo el gobierno mexicano para fomentar la creación de los empleos que la sociedad demanda y el crecimiento económico que detone el desarrollo en nuestro país?
En primer lugar, el gobierno federal no está garantizando la existencia de rutas logísticas eficientes, pues la mayoría de Morena no destinó en el Presupuesto de Egresos para el año entrante recursos para el mantenimiento y rehabilitación de las carreteras existentes ni para el desarrollo de nuevas vías de comunicación.
En segundo lugar, el gobierno no está atendiendo las necesidades de infraestructura de las nuevas industrias, como lo es el abasto permanente y garantizado de energía eléctrica, la existencia de fibra óptica, el suministro de agua y el abastecimiento de gas natural a través de gasoductos, lo cual, vuelve inviable la creación de grandes parques industriales que creen los empleos de calidad que la clase trabajadora mexicana merece.
En tercer lugar, el ambiente jurídico enrarecido que ha creado el oficialismo, al mandar al diablo las leyes que no le convienen y atacar permanentemente al Sector Privado cuando no accede a los caprichos y ocurrencias morenistas, lo cual pone en duda la continuidad de los contratos a mediano y largo plazos.
En cuarto lugar, los graves problemas de inseguridad que este gobierno ha provocado inhiben la instalación de nuevas empresas, pues aumentan enormemente los costos de operación.
Frente a estas insuficiencias gubernamentales, la fuerza laboral mexicana, que se caracteriza por su alta competitividad técnica, gran compromiso y responsabilidad, se encuentra subocupada, viéndose obligada a emplearse en actividades de menor valor o a emigrar a los países cuyos gobiernos sí están haciendo su trabajo.
Las consecuencias ya las estamos sufriendo, pues la economía mexicana retrocedió en octubre -0.1 por ciento mensual, siendo la primera caída en 16 meses debido al menor dinamismo en la industria y los servicios.
Es claro que el nearshoring o relocalización industrial representa la mayor oportunidad que haya tenido México para alcanzar el nivel de desarrollo que la sociedad merece, pero no es acto de magia ni de buenos deseos, sino que requiere del talento y visión gubernamental para concretarlo.
Por el bien de todas y todos, urge que Morena ya se vaya y el pueblo elija a la Mujer que sí sabe gobernar y atraer inversiones: Xóchitl Gálvez Ruiz.
Presidente Nacional del PRI