Nuestro país se coloca hoy en el lamentable tercer lugar con los mayores índices de criminalidad del mundo (Global Organized Crime Index 2023), caracterizado por numerosos grupos de actores criminales que actúan en territorio nacional, pero sobre todo por la incapacidad del gobierno en turno para controlar, combatir y solucionar los estragos generados por la actividad criminal.

Lo anterior nos ha convertido en el principal comercializador de drogas sintéticas del orbe, con las respectivas consecuencias en el acelerado deterioro del tejido social y la multiplicación de actividades ilícitas que colocan hoy a México como un país sin control.

Y es que el aumento de la criminalidad de la delincuencia organizada ha sido impulsado por el crecimiento exponencial del delito del narcomenudeo (+149%), que trae consigo competencia y guerras territoriales en las que proliferan bandas y grupos más pequeños, pero más violentos, que buscan controlar las colonias y los barrios mexicanos, así como las rutas del narcotráfico, incrementando el número de homicidios (+190%), extorsión (+60%) y trata de personas.

El territorio nacional se ha convertido en el paso obligado de miles de migrantes provenientes ya no solo de Centro y Sudamérica, sino también de Asia y África en su intento por cruzar la frontera norte y llegar a Estados Unidos, convirtiéndose en el blanco de grupos criminales que los secuestra, extorsiona, abusa de ellos y hasta llegan a privarlos de la vida ante la inacción gubernamental. Ello nos coloca en el vergonzoso primer lugar de América en tráfico de seres humanos.

Miles de jóvenes mexicanos del campo y la ciudad son reclutados de manera forzosa por el crimen organizado, perdiendo el mayor número de las veces la vida al ser utilizados como carne de cañón en enfrentamientos con grupos rivales.

La vida de las personas merece ser tomada en serio y que el gobierno haga todo lo posible para preservarla. Criminalmente no es el caso del gobierno de México, cuyo partido en el poder pretende tomar a chiste las masacres que cada 19 horas sufrimos los mexicanos y desestima a las víctimas, buscando ignorar la tragedia humanitaria que estamos padeciendo.

Violencia, crimen e impunidad es el sello de Morena en el gobierno mexicano, lo cual literalmente nos está matando.

La sociedad no merece un gobierno que oculta, minimiza y actúa de mala fe. Hoy sufrimos las consecuencias de lo que se dejó de hacer desde 2018 y que ha permitido a grupos criminales multiplicarse y lastimar a sus anchas a la sociedad. Ya no lo permitamos y botemos a Morena del gobierno.

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