México sufre la ausencia de gobernantes. Quienes debieran estar abocados a la toma responsable y puntual de decisiones en materia de gobernabilidad, economía, atención médica, educación, seguridad e infraestructura, han claudicado en las funciones que nunca asumieron en aras de hacer negocios, desviar recursos públicos a temas electorales y proselitismo, así como pagar los favores recibidos, provocando el desmantelamiento de las instituciones públicas y el crecimiento criminal de grupos dedicados al hurto, exfoliación y acoso a la sociedad.
La falta de dirección, así como de un verdadero proyecto de Nación es innegable, a medida que los indicadores clave de bienestar y desarrollo evidencian notables atrasos que amenazan los logros previamente alcanzados.
En el desgobierno de Morena no hay quien ponga orden ni frene los excesos, al contrario, se alientan bajo la mascarada de una supuesta popularidad con la que se pretende justificarlo todo y no rendir ningún resultado al pueblo.
Se cree que ganar una elección es un cheque en blanco con el que pueden hacer y deshacer sin ningún miramiento ni observancia de la ley.
Ya fueron contra los órganos autónomos, desmantelaron la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, extinguieron los refugios para mujeres y comedores comunitarios, distorsionaron los libros de texto, acabaron con los ahorros generados por 5 lustros, condujeron a Pemex y CFE al peor momento de su historia, desaparecieron la Policía Federal, derrocharon los recursos destinados a fideicomisos, cooptaron el Poder Legislativo Federal, cancelaron los recursos para fortalecer a las policías locales y municipales, extinguieron el FONDEN y Seguro Popular, debilitaron al campo mexicano y causaron el deterioro de la educación pública.
Ante la ausencia de capacidad para gobernar, el oficialismo hace gala, pero de su gran talento para destruir cuanto encuentra a su paso y dejar a la gente en el desamparo total.
Por si fuera poco, ahora pretenden ir en contra del Poder Judicial de la Federación, así como de las autoridades electorales, a fin de arrebatar lo que han sido incapaces de conservar a través de un buen gobierno y resultados claros para la gente.
Estamos a 10 meses de las elecciones pero México ya no aguanta la omisión e irresponsabilidad de Morena. La bola de nieve ha ido creciendo y hoy es una avalancha que nos está golpeando a todos a través de la inseguridad, desempleo, carestía, falta de atención médica y de espacios educativos de calidad y deterioro de servicios públicos.
En lugar de mirar hacia otro lado, es urgente que el oficialismo tome conciencia que hay mexicanos que están muriendo por su indolencia y que están obligados a hacer el trabajo para el cual fueron electos y el pueblo les paga. Pero si no pueden, que ya renuncien para que la ciudadanía elija a quienes sí saben trabajar y rendir resultados.