México sufre el deterioro acelerado de muchos sectores de su vida pública, lo cual pone en peligro el bien más preciado que debe garantizar y preservar todo Estado: la vida de su población.

Un hecho que alarma y que debiera tener a las autoridades ocupadas para remediarlo es el incremento brutal de la violencia y criminalidad en todo el país, que cobra en promedio 80 vidas cada día para sumar más de 140 mil fallecidos en lo que va del actual sexenio. El incendio de negocios, asaltos, secuestros, vejaciones y extorsiones golpean inmisericordemente a los mexicanos, especialmente a los más vulnerables, sin que el gobierno se haga cargo y persiga a los delincuentes.

Provocado en mayor medida por la situación de criminalidad, que azota a micro, pequeñas y medianas empresas, se encuentra el bajo crecimiento económico, que se calcula será de solo 1.2% este año, muy lejos del que se requiere para atender las crecientes demandas de la población económicamente activa.

Lejos de los dichos gubernamentales, los programas implementados no solo no han logrado abatir la pobreza, sino que su manejo discrecional y perverso la han incrementado, provocando que 55.7 millones de mexicanos se encuentren en situación de pobreza y 10.8 millones más en pobreza extrema.

El rezago social que están sufriendo las mujeres, indígenas, niños y jóvenes es brutal y nos llevará varios lustros corregirlo. La paz social ya no existe en nuestro país.

Los crecientes casos de corrupción en instituciones públicas, que alcanzan cantidades estratosféricas de recursos, están quedando en la impunidad, generando un gran desfalco al erario y un aliciente para que se sigan desviando los recursos que deberían ser para salud, educación y desarrollo social.

El sector salud ya no solo no tiene medicamentos ni equipo, ahora se está quedando sin médicos, enfermeras y técnicos derivado del despido injustificado de miles de ellos por parte de un gobierno criminal.

Lejos de buscar abatir el bajo nivel educativo, el actual gobierno está elaborando a espaldas del Magisterio Nacional, nuevos libros de texto cuya utilidad en la vida práctica será nula, provocando, junto con la falta de inversión en la rehabilitación de planteles, una baja calidad educativa.

El incremento de la deuda pública ha sido exponencial sin que la sociedad conozca el destino y beneficio de los recursos obtenidos. Ese aumento implica que 1 de cada 7 pesos del presupuesto federal se destine al pago solo de los intereses generados.

Es evidente que México no tiene gobierno, sino una bola de rufianes que están saqueando el erario, provocando que los problemas crezcan y se multipliquen, al fin y al cabo saben que en 2024 se irán con las bolsas llenas. Mientras, que el pueblo siga sufriendo.

Presidente Nacional del PRI

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