Hace dos días ocurrió una tragedia en las cercanías de Irapuato. Al menos un donde viajaban unos estudiantes de la Universidad de Guanajuato. Una persona murió y otra resultó seriamente lesionada.

¿Qué condujo a este hecho? ¿Cuáles fueron las circunstancias? Así lo narra la propia Guardia Nacional:

“Los hechos ocurrieron en el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, la Política de Cero Impunidad del Gobierno Federal y el Plan Conjunto del Gobierno de la República para combatir el robo de Hidrocarburo, cuando integrantes de esta Institución realizaban reconocimientos disuasivos sobre el ducto de Pemex ‘Salamanca-León’, a inmediaciones del poblado ‘Ex Hacienda el Copal’, ubicado en el municipio de Irapuato, Gto.

“Personal de la Guardia Nacional observó a dos vehículos estacionados en un camino de terracería sin poder identificar a sus ocupantes, quienes al percibir su presencia procedieron a retirarse del lugar de manera precipitada, motivo que provocó desconcierto e incertidumbre entre los miembros de este Instituto Policial.

“Derivado de lo anterior, un elemento de la Guardia Nacional descendió del vehículo en el que se transportaba y de forma unilateral, accionó su arma de cargo en contra de las camionetas que se retiraban del lugar, resultando una persona fallecida y otra lesionada.

Con motivo de los hechos, el citado elemento de la Guardia Nacional fue puesto a disposición de las autoridades competentes del Estado de Guanajuato , mismas que se encuentran integrando la carpeta de investigación respectiva para determinar lo que conforme a derecho corresponda.”

Hay varios temas que se tienen que desempacar de este comunicado:

1. Esta es una muestra más de que la Guardia Nacional se dedica en lo fundamental a hacer rondines (o “reconocimientos disuasivos”), con la esperanza de que su presencia prevenga la comisión de delitos ¿Hay evidencia del éxito de esa táctica? Tengo mis dudas. Si hay cierta regularidad en los “reconocimientos”, el resultado puede ser simplemente el desplazamiento temporal o espacial de la actividad delictiva.

2. ¿Por qué el hecho de que unas camionetas se alejaran del lugar de los hechos (así fuese “de manera precipitada”) provocó “incertidumbre y desconcierto” entre los guardias nacionales? ¿Qué fue exactamente lo que les pareció sospechoso ? Aquí habría que poner en tela de juicio la capacitación recibida por los guardias nacionales y su criterio para identificar situaciones de riesgo.

3. ¿Por qué un guardia nacional decidió abrir fuego? Si la partida “precipitada” de los estudiantes les parecía sospechosa, ¿no bastaba con darles seguimiento, marcarles el alto y, en su caso, pedir refuerzos para detenerlos? Aun si hubiesen sido huachicoleros y no estudiantes, la respuesta parece francamente desmedida. Y eso obliga a preguntar si esto fue un simple caso aislado o si hay un modo de operación en la corporación que privilegia el brinco casi inmediato al uso de la fuerza letal.

4. Está muy bien que el guardia nacional que disparó sea procesado por las autoridades de Guanajuato, pero ¿no tendría que haber igualmente una investigación interna en la GN? ¿Para, entre otras cosas, determinar qué hicieron los otros elementos y dilucidar si hay un problema que rebasa a un elemento demasiado propenso a jalar el gatillo ?

Este hecho tal vez sea aislado (tengo mis dudas), pero no puede tomarse a la ligera. Como mínimo, ilustra que la GN probablemente necesite más controles y más supervisión.

Y eso habría que tomarlo en cuenta cuando llegue la iniciativa de reforma para trasladarla a la Sedena.

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