Mañana se cumple un año de la fallida operación de captura de Ovidio Guzmán. Los hechos ocurridos en Culiacán ese día cimbraron al gobierno, impactaron a la opinión pública y desataron una oleada de tinta en los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros.
Sin embargo, a pesar de lo mucho que se ha dicho y escrito sobre el llamado Culiacanazo, persisten múltiples interrogantes sobre los acontecimientos del 17 de octubre de 2019:
1. ¿Quién tomó la decisión de lanzar el operativo? ¿El hoy famoso GAIN se lanzó por cuenta propia, como alegó el gobierno en las semanas que siguieron a los hechos, o recibió autorización explícita del alto mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), incluyendo a su titular, el general Luis Cresencio Sandoval?
2. ¿Qué supo y cuándo supo el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el operativo que se estaba preparando? Si, como asegura el propio López Obrador, no se enteró de nada antes de la tarde del 17 de octubre ¿por qué se le ocultó la información?, ¿por qué no se discutió el tema en las reuniones diarias del Presidente con su gabinete de seguridad?, ¿cuáles son (o eran) los criterios para incluir o excluir temas de la agenda?
3. ¿Qué participación tuvieron las agencias de inteligencia estadounidenses, particularmente la DEA, en el operativo? ¿Los hechos se desencadenaron precipitadamente por presión del gobierno de Estados Unidos o de alguna de sus agencias?
4. ¿Qué papel jugó la Fiscalía General de la República en los preparativos de la operación? ¿Estuvo al tanto el fiscal Alejandro Gertz del proceso? ¿Por qué no llegó a tiempo la ya famosa orden de cateo?
5. El presidente López Obrador ha admitido ya que fue él quien tomó la decisión de detener el operativo y, por consiguiente, liberar a Ovidio Guzmán. ¿Cuándo dio la instrucción? ¿Con qué información contaba en ese momento? ¿Qué alternativas le plantearon los responsables de las dependencias de seguridad?
6. ¿Hubo algún tipo de comunicación o negociación entre el gobierno y el grupo criminal en las horas en las que estuvo detenido Ovidio? De no ser el caso (como lo ha asegurado el secretario Alfonso Durazo), ¿qué medidas se tomaron para garantizar la seguridad de los rehenes en poder del grupo criminal? ¿Cómo sabían que, una vez detenido el operativo, serían puestos en libertad los militares secuestrados ese día por los delincuentes?
7. A estas alturas, no es creíble la versión de que Alfonso Durazo, a las 8 de la noche del 17 de octubre, no sabía que había ocurrido un operativo para capturar a Ovidio Guzmán. ¿Por qué salió entonces a mentir en la conferencia de prensa que se celebró a esa hora? ¿Por qué dijo que se había tratado de un enfrentamiento fortuito, producto de un patrullaje de rutina? En mismo sentido, ¿por qué el Presidente afirmó al día siguiente que la decisión de liberar a Guzmán había sido tomada por el gabinete y él solo la había avalado, una versión que él mismo se encargó de desmentir meses después?
8. ¿Qué ha sucedido desde hace un año? ¿Sigue operando el GAIN? ¿Ha habido un ajuste en los protocolos de actuación de ese y otros grupos especiales? ¿Ha habido alguna investigación formal para deslindar responsabilidades por lo ocurrido ese día?
Estas preguntas no son académicas. Ese día, una de las ciudades más importantes del país estuvo bajo asedio. Un millón de personas estuvieron en riesgo y muchas siguen sufriendo secuelas por lo ocurrido. Casi una veintena de seres humanos murió en los enfrentamientos.
Ese costo humano impone un deber de transparencia. Como sociedad, tenemos que aprender de lo ocurrido para evitar que algo similar suceda en el futuro.
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