¿Cómo interpretar el atentado de esta mañana en contra del secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México , Omar García Harfuch ? Van algunos apuntes de botepronto:
El hecho es excepcional. Ha habido en muchos momentos y en muchos estados ataques en contra de funcionarios de primer nivel (secretarios de seguridad pública, procuradores, etc.), pero nunca nadie en tiempos recientes había intentado matar a la cabeza de la policía capitalina (el tercer cuerpo armado más grande del país, después del Ejército y la Guardia Nacional). Como mínimo, eso habla de una enorme audacia de los agresores.
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El ataque se ha leído casi por entero en clave local, como algún tipo de represalia por acciones de la policía de la Ciudad de México en contra del Cartel de Jalisco Nueva Generación ( CJNG ) o alguno de sus presuntos aliados capitalinos (la Unión Tepito, por ejemplo). Pero eso no es más que especulación por ahora. Esto bien podría estar conectado a hechos que sucedieron lejos del territorio de la ciudad y hace varios años, no en las últimas semanas. No está de más recordar que Omar García Harfuch ha estado en puestos de primer nivel desde hace un buen tiempo y que, en varios momentos, ha enviado a la cárcel a muchas personas conectadas con el CJNG y otras organizaciones criminales.
Si, como lo afirmó García Harfuch esta mañana, el CJNG está detrás del ataque, habrá que indagar las razones que lo motivaron a dar este paso. Pero en ese ejercicio habrá que recordar que los grupos criminales no son agentes racionales unitarios que persiguen estratégicamente los intereses de la organización. Son conjuntos de individuos que persiguen una multiplicidad de objetivos y que tienen motivaciones complejas. Lo de hoy puede ser resultado de disputas internas, apuestas mal calibradas de algunos líderes o la bravuconada de algún criminal imbécil. O todas las anteriores (y algunas que no imaginamos).
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Como sea, el ataque de esta mañana no se puede tomar a la ligera. Quien quiera que lo haya ordenado cruzó el Rubicon y así debe de ser asumido por las autoridades, tanto capitalinas como federales. Eso significa dedicar todos los recursos necesarios para no solo llevar a la justicia a todos los responsables, sino también para desmantelar al grupo o grupos que hayan tenido alguna participación en el ataque. Si esto no se trata así, si se minimiza, si se atiende como un caso más, nos esperan muchos más eventos como los de hoy y algunos mucho peores.