Vayámonos a la Argentina, por la importancia que tienen las próximas elecciones -19/11/2023- (balotaje) en la configuración continental. Comentaba en colaboración anterior que Javier Milei y Patricia Bullrich, hasta hace poco rivales en su carrera a la presidencia, en presente, eran los candidatos del establishment. El exhorto de Milei al capital, su convocatoria y coqueteo a los grupos concentrados, su alusión al poder judicial y el argumento de la mano dura forman, en su ensamble, parte de esta historia, y es una suerte de espejo con Bullrich. Antes de la “dulce” reconciliación (un término frecuente en la dictadura cívico militar), Bullrich tenía la segunda marca.

No es el riesgo que perdiera Milei o Bullrich, sino que la derrota de cualquiera de ellos, en el caso concreto Bullrich, abriría una puerta –así se ha construido el escenario- a una alianza conservadora muy poderosa, que está presente en lo esencial, pero en la forma se presentaba como si fuera una competencia real. Atención, Bullrich y Milei comparten agenda y enemigos, lo cual se demuestra con su alianza por conveniencia –¡ningún argumento de que es por poner delante la patria, pragmatismo puro!-. Lo que sorprendió fue la rapidez para tomar decisiones, y la escena misteriosa, a escondidas, sin construcción de consensos sino con definiciones unilaterales, donde Mauricio Macri, ex presidente argentino, fue el operador –para poner color, Macri asumía que “Nosotros somos el cambio o no somos nada”, pero el rojo púrpura del Cairo se expresa en lo que dice Macri que le comentó su hija, una muchachita de once años: “Anoche, Antonia me dijo ‘papá, no hay alternativa, tenés que apoyar a Milei”-. Eso se convirtió, para Macri, en una asignatura ineludible, “palabra sagrada”, dice.

La respuesta está en curso, aún se trata de un voto ilegible. No obstante, ese voto ilegible empieza a aclararse. Hay tres escenarios: 1) lucha electoral, en el balotaje, con el fin de ganar, después de trabajar con la filigrana de la política, habiendo bajado poco a poco a sus aliados Horacio Rodríguez Larreta, a Bullrich, decantando la opción de la derecha más recalcitrante en Milei; 2) Apoyado en este proceso, reconociendo la condición de fragilidad emocional del candidato Milei (el propio Milei señala, “Me tildan de loco, pido respeto”, pero él mismo no hace nada para alejar la etiqueta), jugar con la carta de la candidata a la vicepresidencia, apoyados en el Código Electoral Argentino, artículo 155, que permite que al bajarse un candidato por la presidencia, su compañero/a de fórmula puede remplazarlo, es decir, hecho jurídico posible; 3) Lo enunció Macri, y tiene que ver con parte del repertorio conocido por dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR), de que el papel que le asignó la sociedad a Juntos por el Cambio fue el papel de oposición (muchas voces apuntan en ese sentido, en particular la dirigencia de la UCR), que implica la edificación de una derecha más radical para presentarse como oposición, desplazando y deshaciéndose (carambola de dos bandas) del conjunto de partidos que conforman Juntos por el Cambio.

Canal América, Canal 13, La Nación+, y otros canales de la televisión y la radio argentinos, se ocuparon de incubar a Milei. En un estudio de televisión recurrentemente frecuentado por Milei, que le garantiza una atmósfera plenamente controlada -sin preguntas incómodas, con jugadas al pie y con festejos por lo que señale, así sea de lo más descabellado (entrevistado por Esteban Trebuc, El

Pelado)-, Milei asumió posturas que rayaban en lo grotesco, sin control ni límites, señalando al final con su festejo porque su meme del león (él) abrazando a una pata (Patricia Bullrich) tuvo miles de likes, concluyendo que en sus fantasías de personas pegadas a las computadoras, no se dan cuenta que “yo estoy en el medio de sus sábanas” (experto en imágenes perversas, como la de que “el Estado es el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina", palabras textuales de Milei).

Retomemos el argumento de que Milei es producto de los medios hegemónicos en su incubación, en el diseño del personaje poniendo las dosis adecuadas. A partir de este sustento, recordemos dos párrafos del libro de Aldous Huxley, Un mundo feliz. Se trata de producción programada: “cómo los óvulos fecundados volvían a las incubadoras, donde los Alfas y los Betas permanecían hasta que eran definitivamente embotellados, en tanto que los Gammas, Deltas y Epsilones eran retirados al cabo de sólo treinta y seis horas, para ser sometidos al método de Bokanovsky”; “La sangre artificial circula más despacio; por consiguiente, pasa por el pulmón a intervalos más largos; y así, aporta menos oxígeno al embrión. No hay nada como la escasez de oxígeno para mantener a un embrión por debajo de lo normal”.

Se trata de ciencia ficción, que juega con metáforas para cuestionar la distópica realidad, pero desde el terreno de la cruda realidad, ¿los medios hegemónicos, el poder de las billeteras de las corporaciones detrás, los tanques de ideas subordinadas a la lógica de los grupos concentrados, serán capaces simbólicamente de diseñar la escasez o no de oxígeno para sus incubados en lo referente a las tareas de dominación?

(Profesor UAM)

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