Este día está programada la realización de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). Distintas organizaciones mexicanas, con un peso significativo del Partido Acción Nacional, serán anfitrionas de este encuentro internacional. Entre las organizaciones mexicanas harán presencia las siguientes: Abogados Cristianos; Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia; Frente Nacional Anti AMLO (Frenaa); Frente Nacional por la Familia; Frente Nacionalista de México; México Republicano; Patria Unida por un México Valiente; ProLife Army; Red Familia, y la Unión Nacional de Padres de Familia (Luces del siglo. Periodismo verdad, 19/08/2024).
Un invitado estelar se echó para atrás. Javier Milei, presidente argentino, decidió no asistir a la CPAC. En Argentina se discute que una de las razones de la inasistencia de Milei fue por la caída drástica en su popularidad, que se suma a la sensación colectiva de que sus viajes se realizan con el presupuesto de los argentinos, no del presupuesto personal de Milei, en un contexto en donde el argumento recurrente es que “no hay plata”.
En un hecho reciente, el poder legislativo (diputados, falta que pase por el Senado) votó en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia promulgado por Milei, en el que se pedía un presupuesto millonario para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) de 100 millones de dólares. Por otra parte, en el Senado se sancionó la fórmula de movilidad jubilatoria, proyecto que contó con el apoyo de dos tercios de la Cámara, lo que daría un respiro a la pérdida de poder adquisitivo de la población de más edad, que además tiene particularidades específicas en su canasta básica (medicamentos, comida especial, atención médica frecuente). Pero el presidente Milei lo va a vetar (así lo anunció en entrevista con el periodista argentino Antonio Laje, “veto total”), con el objeto, indica, de “sostener el superávit fiscal a toda costa” (ambas medidas generaron las respuestas convencionales de Milei: si al gobierno le va bien, “estas ratas no vuelven más”, a la par de que tienen problemas de disonancia cognitiva, en síntesis, se trata de una “estafa moral”). ¿Qué consecuencias, argumenta Milei, tendría la fórmula de movilidad jubilatoria? Con la medida aprobada en el poder legislativo, el aumento del sistema previsional de.2, con esto se sube la deuda en 24 puntos del Producto Interno Bruto (PIB). Si crece la economía argentina al 3%, ejemplifica Milei, sube la deuda producto en 62 puntos del PIB, que implicaría un incremento de la deuda en 370 mil millones de dólares, argumento a la eternidad (hasta que se mueran los jubilados y pensionados, en un proceso continuo). Los economistas no cercanos a Milei, pero no por esto de izquierda, cuestionan los números, señalando inconsistencias y ligerezas. Este manejo de la información ha sido también frecuente en el gobierno argentino.
Y es en este aspecto, relacionando los argumentos del presidente argentino con la celebración de la CPAC, que vale la pena detenerse. Sin mediaciones, señala
Hannah Arendt: “Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira”.
Donald Trump, en palabras de Ignacio Ramonet (La era del conspiracionismo. Trump, el culto a la mentira y el asalto al capitolio), se definía a sí mismo como “líder carismático, un jefe mesiánico elegido para rescatar a Estados Unidos”. Un mentiroso serial que alentó la violencia extrema vivida en el Capitolio, bajo el argumento insostenible de que había ganado la elección presidencial. En la coyuntura actual se vuelven a mostrar las joyas.
Noam Chomsky, en entrevista (publicada en el libro Neofascismo. De Trump a la extrema derecha europea, 2017), comentaba: “Me sorprendió la irrelevancia de los hechos. Ya no importan cuáles son ciertos y cuáles son falsos. La verdad es irrelevante. Trump es un maestro en eso. Fue sorprendente ver cómo no importaba cuán locas eran las cosas que decía. Repitió una y otra vez que los musulmanes festejaron los atentados contra las Torres Gemelas. O que el gobierno mexicano organizaba criminales y violadores para mandarlos a través de la frontera”.
Y en esto juegan un papel muy importante las nuevas formas de comunicación digital. De nuevo con Chomsky, “Las redes sociales son una cámara de eco. Uno de los efectos más sorprendentes es la dispersión de teorías conspirativas. Es como si los hechos ya no importaran. Las redes sociales en lugar de conectar, aíslan”. Crisis social altamente delicada, siguiendo a Zigmunt Bauman, que plantea sus temores: “Lo que me asusta no es la llegada de una sociedad de la vigilancia, sino que vivamos ya en ella sin que ello nos preocupe”.
Vigilancia, mentiras sistemáticas, desquiciamiento en la plaza pública, encapsulamiento digital. Con esta base podemos leer el sugerente argumento de Alejandro Grimson (autor del libro Desquiciados: Los vertiginosos cambios que impulsa la extrema derecha, Siglo XXI), en el que destacan las fake news, la incertidumbre global, las guerras (el genocidio en Palestina, que no debe silenciarse), a lo que se agrega “la manera de hacer política de la extrema derecha -que es el fenómeno político de esta época desde 2016- es generar desquicio”, con el fin de “trastocar y desarmar las subjetividades de la ciudadanía y destituir la esfera pública” (entrevista de Luciana Bertoia, Página 12, 19/08/2024). Todo lo enunciado con el “plan de ellos: el jefe de asesores de Donald Trump lo llama "inundar la zona de mierda".
En la complejidad del presente “estamos viviendo en una sociedad cada vez más individualista, menos solidaria, que jerarquiza menos lo común, el espacio público, la solidaridad con los más humildes, que tiene menor compasión con los que sufren. Esta sociedad está tolerando cosas que no se podían tolerar” (Grimson). Ya antes había evidencias del peso del individualismo y la desvalorización de lo común, recordando a S. Eckstein de ¿qué vale más, tener buenas vallas o buenos vecinos?, inclinándose la respuesta en el vecindario urbano norteamericano por lo primero (lo que supone también mayor posesión de armas frente a la desconfianza social), pero la presencia en estos nuestros tiempos modernos ahora es exponencial.
Mucho por hacer. Por lo pronto estar atentos frente a la profusión de las mentiras y a repensar las exigencias que reclama la vida comunitaria en el presente. Y para que no se me olvide, ¡qué bueno que no vino Milei gastando plata de los argentinos! No es una buena persona la que hace cálculos con la vida y el futuro de los viejos, despojándolos de su condición humana y tratándolos como “recursos”. Y como en México no cantamos mal las rancheras, las organizaciones que se darán cita en la Conferencia Política de Acción Conservadora, nominando en sus organizaciones lo referente a la vida, la familia, los valores cristianos, ¿compartirán las ideas de aderezar mentiras, ensuciar el terreno del diálogo político, tratar a los viejos como un dato residual que es costoso de mantener?
(Profesor UAM)