Alejandro Espinosa Yáñez

Distorsión en la historia en la narrativa de La Libertad Avanza (Argentina)

Alejandro Espinosa Yáñez. Foto: EL UNIVERSAL
15/10/2023 |03:41
Alejandro Espinosa Yáñez
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Algunos botones de muestra para comenzar:

1. "Deberían tener angustia de tomar la decisión, mi querido rey, de separarse de España". Palabras textuales de Mauricio Macri, en ese momento aún presidente de la Argentina, al referise a los personajes de la gesta independentista. Destaca un poco, mirando con un solo ojo, la subordinación al “querido rey”.

2. “Un chico que me dijo una vez que en Pakapaka decían que los españoles eran los malos y que los argentinos eran los buenos. Me parece que no es así” (Ramiro Marra, candidato a Jefe de Gobierno por La Libertad Avanza, LLA, la organización que encabeza Javier Milei). Vale señalar que Pakapaka (en quechua significa escondite o juego de niños), es un canal de televisión abierta argentino, que se dirige a población infantil y juvenil. Atención, Marra no vio el programa pero de oídas funda su argumentación: “Soy español y no me gusta cómo se cuenta la historia”. “Yo soy español, tengo pasaporte español, mis abuelos eran españoles […] mis abuelos no eran malos y yo no soy malo”. Una explicación simple de la historia a partir de su círculo concéntrico familiar inmediato.

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3. Victoria Villarroel, compañera de fórmula de Milei, como candidata a la vicepresidencia, escribió a propósito del 12 de octubre: "¡Feliz día de la Hispanidad! Un día como hoy sucedía una de las epopeyas más importantes de la historia de la humanidad, se avistaban las tierras del continente americano y dos culturas se unían en la hermosa mixtura que es Hispanoamérica. Orgullo por ser hija de esa fusión". Una respuesta en twiter señalaba: “afiliate a la ultra española y presentate a candidata en España. Acá no celebramos ningún día de la Hispanidad”. Y sí, a tono con España, que alude a la fecha como Día de la Hispanidad, con el objeto de aludir a "la integración de los reinos de España en una misma monarquía, que inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos".

Una narrativa articulada en la sincronización de las ideas. Macri no es integrante formal de LLA, pero en un descuido puede recibir la cartilla de afiliación. La realidad es más compleja y dura. Frente a la angustia de los independentistas, o la desaprobación de cómo se cuenta la historia –sin haber sido testigo directo de ello-, y del “orgullo” por ser resultado de la hispanidad, vale la pena recordar la posición crítica de Boaventura de Sousa Santos (2022), al aludir a la llegada europea, y sus consecuencias múltiples y de largo aliento, a las tierras ahora denominadas América: “epistemicidio inconmensurable: la destrucción sistemática de las cosmovisiones, las filosofías y los conocimientos valorados por las poblaciones colonizadas. El epistemicidio va de la mano con el genocidio y el lingüicidio”.

Matanza del Templo Mayor en Tenochtitlan (Códice Durán, 75.)

Veamos algunos ejemplos en aras de comprender nuestra historia, de América:

1. Sarmiento (1811-1888) planteaba, en carta a Mitre (presidente argentino entre 1862-1868: “Quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos sin poderlo remediar, una invencible repugnancia”. Quizá por, como lo enuncia Meza (2012), “desde el inicio los indígenas fueron y han sido:

abominables, locos, dementes, niños, homúnculos, diabólicos, perros, macuaches, cuatro orejas, gente débil”.

2. La Campaña del Desierto, desarrollada entre 1878 y 1885, que tuvo como tarea la expropiación a los pueblos originarios de sus tierras (una invasión, tal cual). Así, el despojo fue la operación material del argumento de que eran territorios heredados del imperio español –aderezado con esta legalidad-, afectando a los que allí se asentaban mucho antes de la epopeya europea, a saber: los pueblos indígenas pampa, ranquel, mapuche y tehuelche. La expropiación estuvo aparejada de trabajo forzado, aculturación, asunción de rituales ajenos, aprendizaje de otra lengua (el castellano), es decir, lo planteado como “epistemicidio inconmensurable”. No es de orden reciente la presencia de posicionamientos críticos. En noviembre de 1878, 145 años atrás, el periódico La Nación (Argentina) –actualmente en graves problemas internos-, publicó artículos sobre la matanza realizada por tropas argentinas de 60 indígenas desarmados. En ese momento se argumentó que no se respetaban "las leyes de la humanidad ni las leyes que rigen el acto de la guerra".

3. Philip Henry Sheridan (1831-1888), general primero y Comandante en jefe más tarde del ejército norteamericano, con ocasión de la sangrienta campaña llevada a cabo en el invierno de 1869 para someter a los indios kiowa, señalaba que “El mejor indio es un indio muerto” (cfr. Wolfgang Mieder, 2001).

4. “En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la lluvia que la moja” (Eduardo Galeano, El descubrimiento, que fue recordado oportunamente por Maria Ceci Mizocsky, en el XXI Congreso Internacional de Análisis Organizacional, octubre 2023).

Cuando era joven y leí por primera vez el texto que enseguida transcribo, creo que lloré –nada que me impida reconocer la impronta de Antonio Machado, Miguel Hernández, León Felipe, Luis Villoro, Adolfo Sánchez Vázquez-: “En los caminos yacen dardos rotos; los cabellos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas, y están las paredes salpicadas de sesos. Rojas están las aguas, cual si las hubieran teñido, y si las bebíamos, eran agua de salitre. Golpeábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad y nos quedaba por herencia una red de agujeros. En los escudos estuvo nuestro resguardo, pero los escudos no detienen la desolación”. Nos narra Miguel León Portilla (I. Memoria mexica de la conquista). Esta escena de “desolación” es el correlato de la acción de los hombres de Castilla –huéspedes en ese momento- a un grupo de mexicas nobles en Tenochtitlan, en el contexto de la gran fiesta de Tóxcatl (1520), en la matanza del Templo Mayor. En su conjunto, ¿lo descrito generó traumas en la población originaria? No respondo el interrogante, pero vale recordar que en México la población de zonas indígenas tiene menos acceso a la salud, son más pobres económicamente y presentan tasas más altas de analfabetismo.

Somos lo que somos, pero no volteemos a otro lado, haciéndonos los desatendidos frente a una historia nada complaciente ni simple.

(Profesor UAM)

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