El 8 de marzo de 1942 fue asesinado el gobernador del Estado de México, Alfredo Zárate Albarrán. Tras su muerte, Maximino Montiel Olmos un patriarca originario del municipio de Atlacomulco se reunió con el presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, para acordar el nombramiento de un nuevo gobernador; 12 diputados locales designaron el 16 de marzo de 1942 a Isidro Fabela Alfaro, a pesar de no cumplir con ningún requisito de ley, ya que no era miembro de la Cámara de Diputados Local, ni contaba con cinco años de residencia efectiva, como lo establecía la constitución vigente en aquel momento.

Las acusaciones de saqueo, corrupción y abusos de poder fueron denunciadas el 14 de junio de 1943 por diputados federales de origen mexiquense y la Federación Socialista en La Prensa y EL UNIVERSAL. Frente a esas acusaciones Isidro Fabela nombró a su sobrino Alfredo del Mazo Vélez como tesorero y luego como secretario general de su gobierno; más tarde, el 19 de junio de 1943 desaforaron al menos a 7 diputados locales y conminaron al senador en turno a solicitar licencia para abandonar su escaño, incluso el Congreso le autorizó gobernar vía telefónica desde Cuernavaca, según el Decreto 106 del 23 de diciembre de 1942, así comenzó la era del Grupo Atlacomulco.

7 gobernadores surgieron de ese emblemático municipio: Isidro Fabela Alfaro (1942-1945), Alfredo del Mazo Vélez (1945-1951), Salvador Sánchez Colín (1951-1957), Alfredo del Mazo González (1981-1986), Arturo Montiel Rojas (1999-2005), Enrique Peña Nieto (2005-2011) y Alfredo del Mazo Maza (2017-2023), formando una poderosa dinastía política.

Frente a los riesgos de dispersión política, después del asesinato de Álvaro Obregón los caudillos triunfantes de la revolución fundaron en 1929 el Partido Nacional Revolucionario (PNR), posteriormente en 1938 Lázaro Cárdenas creó el Partido de la Revolución Mexicana y finalmente lo refundaron en 1946 con el nombre de Partido Revolucionario Institucional (PRI), en ese marco, nació y creció e incluso lo dirigió varias ocasiones el Grupo Atlacomulco.

Mientras se consolidaba esa dinastía, las fuerzas progresistas se organizaban sin financiamiento público, pero con una profunda voluntad política producto de su formación ideológica de izquierda, para enfrentar al régimen que encabezaba el PRI, es así como en 1981 en un esfuerzo monumental por unificar a las izquierdas, el periodista Edmundo Jardón Arzate se convirtió en el candidato del Partido Comunista en el Estado de México para contender por la gubernatura contra Alfredo del Mazo González.

El camino de la izquierda no ha sido fácil, pues basta recordar el 12 de diciembre de 1990 cuando miles de simpatizantes protestaban contra el fraude electoral en el municipio de Tejupilco, policías dispararon arrebatándole la vida a tres manifestantes y a sus dirigentes les giraron órdenes de aprehensión.

En 1996 se cosecharon los primeros 26 triunfos electorales de la izquierda en el Estado de México, encabezados por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en los municipios de Acolman, Atlautla, Calimaya, Capulhuac, Chiconcuac, Hueypoxtla, Isidro Fabela, Jiquipilco, Joquicingo, La Paz, Nezahualcóyotl, Otzolotepec, Otzoloapan, Ozumba, San Mateo Atenco, Tenango del Aire, Teoloyucan, Tlalmanalco, Teotihuacán, Tepetlaoxtoc, Texcalyacac, Texcoco, Tonatico, Tultepec, Xonacatlán y Zumpango, los cuales brindaron las condiciones políticas para que en 1997 se lograra el triunfo de la izquierda en la Ciudad de México.

Así se fue pavimentando el camino para lograr que la profesora Delfina Gómez Álvarez con Morena (el Partido del Trabajo y el Partido Verde) arrebatara al Grupo Atlacomulco y al PRI (en su coalición con el PRD, el PAN y Nueva Alianza) la gubernatura del Estado de México el pasado domingo 4 de junio de 2023 con más de medio millón de votos por encima de su adversaria, alcanzando un total de 3 millones 268 mil votos, convirtiéndose en la primer mujer que gobernará la entidad y la mas votada en su historia.

El hartazgo, la corrupción, la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades, que el PRI en sus 94 años de vida les dio a los mexiquenses, contrasta profundamente con el enriquecimiento de la clase gobernante, su autoritarismo y el uso del gobierno para hacer negocios al amparo del poder.

La derrota del Grupo Atlacomulco no implica su aniquilamiento, aún quedan intereses políticos y económicos en varios municipios que de manera natural se aglutinarán en la oposición y como lo ha demostrado su historia han sido capaces de transformarse para sobrevivir, por eso hacemos votos para que durante el mandato de Morena, nunca más se vuelva a enquistar un grupo político en el poder, suplantando el interés público por encima de los derechos de los mexiquenses.

Subsecretario de Derechos humanos, Población y Migración

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