Al celebrarse el Día Internacional de Población, el Consejo Nacional de Población presentó la Conciliación Demográfica 1950-2020 y las Proyecciones de Población 2020-2070. Se trata de dos ejercicios de gran envergadura que brindan una visión armonizada de la evolución de la población del país mediante el análisis de los Censos de Población y Vivienda; información de nacimientos y defunciones, y de diversas encuestas, que brinda la mejor estimación de la población a nivel nacional y por entidad federativa, así como de las tendencias en su comportamiento.
Tras el rápido crecimiento demográfico registrado el siglo pasado, actualmente sumamos 131 millones de personas en nuestro país, ubicándonos en lo que la demografía llama inercia demográfica, que es una fase de crecimiento lento de la población. Esto se debe a que actualmente, el promedio de hijos nacidos por mujer es de 1.9, a diferencia de 1960 cuando la cifra era de 6.9 hijos por mujer, mientras que la mortalidad continúa en descenso. Por ello, se estima que para 2050 el país llegará a su máximo de población con 147 millones de habitantes, y a partir de ahí la población descenderá lentamente, hasta alcanzar en 2070 una tasa de decrecimiento de menos 0.88 por ciento.
La esperanza de vida, pese al impacto negativo que tuvo durante la pandemia de Covid durante 2020-2021, se recuperó desde el año pasado. Actualmente, una mujer en México puede esperar vivir en promedio 78.6 años, y los hombres 72.3 años, estimándose que para 2070 esta aumentará a 86.4 años para las mujeres y 79.9 años para los varones. Prevaleciendo algunas desigualdades históricas, ya que mientras que en Nuevo León la esperanza actual de vida es de 80.7 y 74.6 años para mujeres y hombres, en Chiapas los datos son de 76.2 y 69.6 años.
El aumento en la esperanza de vida y la desaceleración demográfica impactará en todos los ámbitos de la sociedad, en particular en el envejecimiento poblacional. Si bien las personas de 60 años y más representan hoy el 12 por ciento de la población, para el 2070 se espera que sumen el 34.2 por ciento de la población, ahí la importancia de invertir en las generaciones que hoy tienen menos de 30 años, que representan la mitad de la población, y de programas como las Becas para el Bienestar o Jóvenes Construyendo Futuro, que brindan oportunidades laborales a esta generación; así como el fortalecimiento de los derechos laborales para garantizar el acceso a la seguridad social y a salarios dignos.
Ante este nuevo fenómeno, las políticas públicas deben orientarse a garantizar los derechos de las personas adultas mayores que en los próximos años irá creciendo vertiginosamente, dentro de las cuales la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores como un derecho constitucional y universal, representa un gran avance, sin embargo deberán establecerse nuevas políticas para asegurar que los servicios que requerirán las personas adultas mayores estén garantizados, como la creación del Sistema Nacional de Cuidados, que busca paliar la desigualdad de género con el reconocimiento del trabajo de cuidados realizado sobre todo por las mujeres, además de fortalecer las instituciones que atienden a grupos vulnerables.
Cabe destacar el avance registrado en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos en niñas y adolescentes. Pese a las estimaciones iniciales y después de dos décadas de estancamiento, el embarazo adolescente ha disminuido: en 2012 ocurrían 77.3 nacimientos por cada mil adolescentes, cayendo la cifra a 60.3 nacimientos. Su disminución es muestra del éxito de la Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo Adolescente, aunque aún queda mucho por hacer para eliminar la violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes y fomentar la postergación del embarazo pues esto se asocia con mejores oportunidades de vida.
La Conciliación Demográfica y las Proyecciones de población son fundamentales para la elaboración de todas las políticas de Estado. Su realización es muestra de que, a punto de cumplirse 50 años de la Ley General de Población y la creación del Conapo, se ha construido una política de Estado, con instituciones sólidas y una visión de largo plazo, que ahora deberá orientarse a garantizar la dignidad humana en todas las etapas de la vida y el ejercicio de los derechos fundamentales para el bienestar social de nuestro país.
Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración