Diciembre época de nostalgia, de reflexiones, de renovar esperanzas, de renacer, de volver a creer y es justo el mes en el que se deben poner en orden los pensamientos, la época que tristemente le recuerda a la afición del Cruz Azul que ya pasaron muchos años desde su último título de Liga: 22 y contando.

Se acerca también el fin de año y eso significa empezar con la lista de los propósitos y me imagino que dentro de los que manejará la directiva celeste estará el de ser campeón finalmente, aprovechando la época para reflexionar y analizar qué han hecho mal.

En está confusión que vive La Máquina comienzan a darse pequeños golpes de esperanza; la llegada de Sebastián Jurado no es la solución a los problemas, pero es un primer paso para buscar un mejor futuro.

Una buena por una mala, porque la tan esperada presentación del director deportivo se está dando de forma tardía (normal en La Noria) y poco o nada podrá aportar.

Me gustaría pensar diferente, me gustaría dejar una vela de esperanza a los seguidores azules, pero la realidad y aunque me tachen de Grinch por las épocas, las acciones de sus directivos indican otra cosa. La fórmula del fracaso no es fácil de perfeccionar, pero La Máquina la están patentando y para mí, como se han manejado, lo dice todo. Las luchas internas, el no saber quién manda, capítulos llevados ridículamente a la televisión que sólo dan vergüenza y llevan a tomar decisiones equivocadas en el plano deportivo. Conferencias de prensa para no anunciar nada.

Los hermanos Álvarez han intentado con base en el dinero, eso sí no se les puede cuestionar, han hecho económicamente esfuerzos extraordinarios, pero mal encauzados; el éxito de un equipo va más allá de solo abrir la cartera, las inversiones tienes que ser inteligentes basadas en buenas visorías, pero con una combinación de trabajo en juveniles hechos en casa, cosa que por ejemplo en La Máquina se ha dejado de trabajar.

El año 2020 debería marcar el inicio de una nueva era en el Cruz Azul , la época de la buena toma de decisiones; desafortunadamente los hombres de pantalón largo del cuadro cementero viven en la tierra del eterno no pasa nada, viven en otro mundo, en donde ellos están felices pensando que están haciendo bien las cosas, cuando en verdad, en el mundo real, ese de más de 22 años sin ser campeones de Liga solo siguen

lastimando a una de las más nobles aficiones del futbol mexicano.

@alexblanco23

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