Se le conoce como Nudo Mixteco a la zona montañosa entre Puebla y Oaxaca. Es una de las regiones más pobres del país, con población mayoritariamente indígena y comunicaciones deficientes.
Es ahí, en el poblado ficticio de San Mateo, donde ocurre esta cinta homónima, Nudo Mixteco (2021), ópera prima como cineasta de la también actriz y -en este caso- hasta guionista Ángeles Cruz.
Siguiendo la ya clásica estructura de las historias que se cruzan (o que se tocan tangencialmente, en este caso), se trata de tres relatos cuyos protagonistas están ligados por ser oriundos de la sierra, lugar al que por una u otra razón tendrán que regresar.
Primero tenemos a María (Sonia Couoh), trabajadora doméstica que tiene que regresar a San Mateo a causa del fallecimiento de su madre. Ahí no solo se reencontrará con un viejo amor, sino que tendrá que enfrentar a su padre, quien a la fecha la sigue condenando por sus preferencias sexuales.
Después tenemos a Esteban (Noé Hernández) un músico (toca el clarinete) quien luego de años de irse a trabajar a la ciudad, regresa al pueblo para reencontrarse con su mujer y su hija, a la que casi ni conoce. Pero claro, la cosa no será cordial, ha pasado demasiado tiempo y su mujer, Chabela (Aída López), le tendrá una sorpresita.
Por último está Toña (Myriam Bravo), vendedora ambulante en alguna plaza de la CDMX quien tiene que regresar por su hija pequeña a quién dejó encargada con su madre. Ahí descubre la razón por la que su hija no se encuentra bien en casa de su abuela, lo cual provocará un conflicto que llegará incluso al comité del pueblo.
No obstante, todo lo anterior no es sino escenario. Aunque es clara la intención de Ángeles Cruz por hacer más visible a un México que usualmente no tiene espacio en el cine nacional, tampoco cae en la obviedad temática del cine que habla de pobreza, de migración, o de violencia. Si bien estos temas están ahí y son inevitables (tanto como en la realidad nacional), la directora y guionista prefiere un ángulo diferente, y es el de la sexualidad.
Sus tres mujeres (e incluyo a un par de hombres) se mueven no a partir de la tragedia ni de la pobreza, se mueven por el deseo, por el amor, por las ganas de sentir, de disfrutar. Se mueven por el derecho al placer sexual.
Y no, tampoco es una cinta machacona, de discurso combativo ni de denuncia. Se trata de tres historias impecablemente bien escritas, con una narrativa cuya efectividad las hace compulsivamente visibles al grado que mi única queja es que las historias no tengan un cierre claro. La cineasta abandona a sus personajes, probablemente a causa del formato elegido para contarlas.
Y es que justo al final uno quiere saber más, más de este pueblo, más de estos personajes, más de estas historias que no son las clásicas historias de este tipo de cine. Uno quisiera pues, que esto fuera una serie. Yo encantado de seguir viendo este tipo de historias, narradas con tal gracia y tino.
-O-
La mala noticia es que Morelia no eligió a esta cinta como la ganadora del Festival. Si bien no pude ver mucho este año, si pude ver Nudo Mixteco y la ganadora al premio de Mejor Película: 50 (o Dos Ballenas se Encuentran en la Playa).
Así, puedo asegurarles que este año el festival se equivocó rotundamente. 50, ópera prima de Jorge Cuchi, está basada en el infame caso de La Ballena Azul, el juego (casi secta) que en 2017 coptó a muchos adolescentes en el internet y que consistía en 50 retos, donde se incluía el asesinato de alguna persona y el reto final (el reto 50) que era el suicidio.
Nudo Mixteco: mi ganadora en Morelia
No tiene caso que comente más al respecto pero la cinta del mexicano Jorge Cuchi es tan vacía como largo es su título: no es una investigación periodística, no es un documental, y sus personajes (ficticios o no) están lejos de reflejar o decir algo interesante sobre la adolescencia y la depresión. Plena en diálogos inanes, aunque con un par de escenas medianamente logradas, la cinta camina peligrosamente por la línea de la glorificación al suicido.
Así pues, no se entiende el resultado de los jueces en el pasado festival de Morelia, pero, como bien dice un colega, el día que hagas la kermese, eliges a los ganadores. Bien dicho.