24.- Teacher’s Lounge - Dir: Ilker Çatak

En El Salón de Profesores (Das Lehrerzimmer, Alemania, 2023) el realizador y guionista alemán Ilker Çatak entrega mucho más que un simple whodunit: en realidad no importa quién es el misterioso ladrón que ha puesto en jaque a todo el personal y alumnos de una escuela pública en alemania, aquí lo interesante es ver cómo el guión (escrito por el propio Çatak junto con Johannes Duncker) se convierte en una inteligente alegoría socio-política sobre la justicia, la libertad de expresión y en general sobre cómo la polarización se convierte en el cáncer de todo sistema político y social.

Tan tensa como emocionante, resulta imposible no ver reflejada la polarización actual de nuestro país en ese salón de clases donde se vuelve absurdo tomar partido. La tragedia es que todos podrían tener razón, pero ello no implica que alguien salga victorioso de este conflicto.

23.- Challengers - Dir: Luca Guadagnino

“Todo es sexo excpeto el sexo, el sexo es poder”, Challengers (E.U., 2024) no es una película sobre el tenis, es en realidad una electrizante cinta sobre el poder, en esta caso, sobre el poder de una mujer.

Zendaya es aquí la femme fatale obsesionada con el tennis y que, sin quererlo, pone a pelear a dos hombres (Mike Faist y Josh O'Connor) que buscan sus favores, no solo sexuales sino profesionales (¿acaso no es lo mismo, según Tashi?) ya que ella se convertirá eventualmente en una entrenadora.

Bien dicen que el orgasmo está sobrevalorado y que lo divertido del sexo es el juego previo y es justo lo que sucede en esta cinta: una electrizante relato sobre el sexo y el poder, en toda la veta hedonista de Guadagnino, con un final que te deja exhausto pero con ganas de más.

22.- Juror #2 - Dir: Clint Eastwood

La que por cuestiones meramente técnicas (el director tiene ya 94 años de edad) podría ser la última cinta del legendario Clint Eastwood carece de grandes despliegues de estilo, pero ello no implica que no sea  una cinta bien hecha, con economía de recursos, pero nunca falta de un guión pulcro y de actuaciones de primer nivel.

La historia de este famoso jurado #2, quien al cumplir sus obligaciones frente a la corte súbitamente descubre quién es el asesino del caso de homicidio que tiene al frente, pone a esta cinta en terrenos conocidos -12 Angry Men (Lumet, 1957)-, no solo es una crítica al sistema judicial gringo, sino que está presente la constante de los últimos años en el cine de Eastwood: historias sobre personajes que contra toda adversidad, intentan hacer lo correcto, así cueste muchísimo trabajo hacerlo.

21.- Thelma - Dir: Josh Margolin

Hay películas que al pretender ser suaves y tersas terminan siendo sosas y en exceso azucaradas. Thelma no es de esas, al contrario: estamos frente a un dulce que no empalaga.

Thelma una película que se atreve a lo que nadie en estos días: darle el protagónico a una nonagenaria (la extraordinaria June Squibb), escribir un guión sobre una aventura geriátrica y en tope a todo eso, realizarla haciendo homenaje a los tropos clásicos del cine de acción, incluyendo en el cast al legendario y tristemente recién fallecido Richard Roundtree, el famoso Shaft de los años 70.

El resultado es una extraña mezcla de ternura y emoción desbordada, una cinta que nos recuerda no solo los alcances del buen cine, sino también lo mucho que queremos a nuestras abuelitas (y abuelitos también, por supuesto).

20.- Dogman - Dir: Luc Besson

Estrenada en México en enero de 2024, la más reciente cinta de Luc Besson es, sin duda, la mejor de su filmografía desde El Quinto Elemento (1997). Esta fábula sobre un niño que aprende a vivir con sus perros -y que de hecho resultan en una familia más amorosa que sus padres mismos- es interpretada por un magnífico Caleb Landry Jones que merecería todos los premios.

Con grandes momentos puramente cinematográficos (cuando el protagonista canta a Edith Piaf, o las escenas de acción con los perros), Dogman es la cinta ideal para todos aquellos dog lovers que están convencidos de que los perritos son mejores que los humanos. De hecho es muy probable que así sea.

19.- Alien: Romulus - Dir: Fede Álvarez

No me interesa entrar en conflicto con los fans de la saga original que odiaron esta cinta. No me interesa tampoco si esta se conecta bien o no con las películas anteriores. Discutir esta película en esos niveles es rebajarse al Marvel más básico.

Lo único que me importa es que Fede Álvarez junto con su equipo de guionistas (Dan O'Bannon y Ronald Shusett) saben arman algunos de los episodios más emocionantes que se hayan filmado en el universo Alien desde las insuperables Alien (2024) y Aliens (1986). No me importa el pasado o el futuro, el presente en esta Alien es tan aterrador como emocionante.

18.- Witches - Dir: Elizabeth Sankey

El año que recién terminó fue -parafraseando cierta canción- temporada de brujas: desde el regreso de Agatha en su propia serie del universo del MCU, hasta la invasión rosa-verde de Wicked. Pero la más interesante cinta de esta año con temática de brujas fue el impactante video ensayo de Elizabeth Sankey, Witches.

Lo que en un inicio parece será un estudio sobre la figura de las brujas en el cine y la televisión, termina siendo un revelador testimonio de la propia directora sobre la llamada “depresión post-parto” y cómo esta se relaciona, increíblemente, a la imagen de las brujas en la cultura popular.

Una cinta tan perturbadora como excepcional.

17.- La Cocina - Dir: Alonso Ruizpalacios

El cuarto largometraje de Alonso Ruizpalacios es una experiencia inmersiva dentro de una cocina que se vive como una moderna Babilonia. La similitud con The Bear se queda simplemente en el escenario -la cocina de algún restaurante gringo-, lo que le interesa al director mexicano es mostrar el pequeño infierno culinario como metáfora de la angustia migrante.

Ruizpalacios sabe armar varios momentos que resultan por demás memorables, como aquella secuencia de insultos en varios idiomas, las pláticas sobre el gusto de los cocineros por las mujeres rubias (“las gringas huelen a auto nuevo”), el “show stopper” de la plática en el patio trasero del restaurante (“¿Cuál es tu sueño?”), y por supuesto, el esperado pero no por ello menos extraordinario e hipnótico plano secuencia de la hora pico del restaurante donde el caos se vuelve absolutamente inmersivo.

Una cinta que le recuerda a los gringos que el sueño americano simplemente no funciona sin migrantes, sin mexicanos.

16.- Furiosa - Dir: George Miller

Furiosa, el onceavo largometraje del esteta del apocalipsis, George Miller, no supera (ni intenta hacerlo) a su opus magna: Mad Max: Fury Road (2015). Miller podrá estar loco pero no es un idiota. El realizador australiano sabe que es imposible superar una obra maestra (aún cuando se trate de su propia obra maestra) y opta por otro tono, otro ritmo, y otra ruta, pero con el mismo nivel de compromiso hacia el detalle, la cinematografía, la construcción de personajes y, por supuesto, las embriagantes escenas de acción.

Miller sabe que el clímax de esta historia está en Fury Road, por lo que Furiosa es una gran pieza de acompañamiento, que si bien es espectacular por sí misma, nunca pierde de vista su función como precuela: apuntalar (aún más) a Fury Road como la obra maestra que es y siempre será.

15.- Hitman - Dir: Richard Linklater

Pocos cineastas tan versátiles como Richard Linklater: lo mismo puede filmar una trilogía romántica (La saga Before), que un sesudo estudio sobre filosofía en forma de impresionante cinta animada (Waking Life, 2001), o todo una declaración generacional sobre la importancia del rock como forma de escape y salvación (School of Rock, 2003).

Con Hit Man, Linklater se instala en la comedia romántica pero va más allá. En esta divertida historia (basada en un caso de la vida real) un profesor de filosofía que a la vez es escucha de la policía, tiene que convertirse en agente secreto (un supuesto asesino a sueldo) para salvar el día. El trabajo extrañamente le sienta bien, pero todo se complicará cuando conozca a Madison Figueroa (Adria Arjona), quien quiere contratar sus servicios como sicario.

Si Linklater, Woody Allen y los hermanos Coen tuvieran un hijo, se llamaría Hit Man. Y es que en el mejor estilo de los Coen, en el mejor de los dilemas morales de la filmografía de Allen, Linklater pone a Gary (y a nosotros) en medio de una situación que si bien nunca deja de ser cómica, plantea un ineludible dilema moral a resolver. Una cinta tan inteligente como divertida.

14.- I Saw The Tv Glow - Dir: Jane Schoenbrun

Una de las cintas más injustamente infravaloradas del año. En la superficie, estamos ante un relato intrigante (en la vena de David Lynch) sobre un adolescente que hace amistad con una compañera de escuela a partir de la afición de ella por un extraño show de televisión: The Pink Opaque

Estamos frente a un extraño coming-of-age que sucede en los años noventa, al calor de la televisión, con cassettes de VHS y evocación constante a Smashing Pumpkins. Pero la película encuentra su verdadera dimensión cuando la pensamos como una alegoría a la identidad de género reprimida. Para Schoenbrun (cineasta trans no binario) la adolescencia es una etapa oscura y peligrosa por lo relevante de las decisiones de vida que se deben tomar. Fallar en esa etapa implica, según el cineasta, estar condenado a una vida de oscuridad y ostracismo. Una cinta que no dudo se volverá de culto.

13. La Película - Dir: Max Del Río

El momento más divertido que pasé en el cine este 2024 fue cuando vi La Película (México, 2023), cinta técnicamente de 2023 pero que yo descubrí y pude ver en sala hasta el pasado 2024.

Se trata de una hilarante y desenfrenada sátira (hecha con presupuesto ínfimo y actores desconocidos) sobre un par de chicos en Campeche (lugar donde nunca se ha filmado una cinta, hasta ahora) que son el ejemplo perfecto de la palabra cinefilia. Luego de hacer videos chistosos para Youtube y con ello sentirse ya un cineasta (incomprendido), Tomás (Martín Méndez) decide embarcarse a hacer su primer largometraje, total, ¿qué es lo peor que podría pasar?

La ópera prima de Max del Río es, sin duda, la mejor comedia mexicana del 2024. Una cinta que se burla impunemente de la situación actual de cine mexicano, de su industria y de sus cineastas. Joya.

12.- El Eco - Dir: Tatiana Huezo

Poseedora de un estilo visual único que al tiempo sabe mostrar los horrores de nuestro país junto con la belleza inherente de sus paisajes, El Eco (Estados Unidos, Alemania, 2023) es una de las piezas más depuradas de la filmografía de Tatiana Huezo.

Junto con su fotógrafo de cabecera, Ernesto Pardo, Tatiana se lanza a una pueblito en la sierra de Puebla para mimetizarse con sus pobladores. A diferencia de sus documentales anteriores, aquí no tendremos las clásicas cabezas parlantes ni voces en off que narren la acción: aquí todo sucede naturalmente a cuadro, como si la cámara no existiera en absoluto.

Sin tremendismo de ninguna especie, sin la pornomiseria que a tantos documentalistas les encanta retratar, Tatiana Huezo tiene en ‘El Eco’ un híbrido que lo mismo roza ficción con realidad, con personajes entrañables que muestran algo que hasta ahora estaba ausente de la filmografía de la directora: un atisbo de esperanza.

11.- Memoir of a Snail - Dir: Adam Eliot

Adam Eliot, el director de la cinta animada de culto Mary and Max (Australia, 2009) está de regreso con una nueva cinta que -por supuesto- también nos estrujará el corazón. Con una animación cuadro a cuadro mucho más detallada e incómoda en sus texturas, Adam narra esta vez la trágica historia de Grace (Sarah Snook), una mujer que pierde siendo una niña a sus padres y que es separada de su único hermano para ambos ser adoptados por separado.

Uno nunca termina de entender si las tragedias que narra Eliot en su cine son más tersas o más crueles vistas desde la lente de su particular estilo de animación. Sus personajes son tan dolorosamente humanos que la experiencia de ver esta cinta no deja de ser un viaje melancólico y de profundas emociones. Nunca unos muñequitos hechos con plastilina y plástico nos habían hecho reflexionar tanto sobre la naturaleza humana, la soledad y la redención.

10.- Flow - Dir: Gints Zilbalodis

Flow (Letonia, 2023) es apenas el segundo largometraje de Gints Zilbalodis y es también, sin duda alguna, una obra maestra. El director originario de Letonia ha creado la perfecta cinta anti Disney: estamos frente a un filme donde el protagonista es un gato callejero que, ante el inminente apocalipsis humano (solo vemos animales en el horizonte) debe aprender a convivir con otros animalitos para sobrevivir.

La cosa es que aquí ninguna de estas criaturas hablan, no hay las clásicas voces de actores famosos, y los personajes se comportan como lo que son: un gato, un perro, un capibara y un lemur. La técnica de animación es el anti-pixar: al director no le interesa ser hiperrealista, al contrario, cada fotograma es una obra de arte expresionista donde los colores y la mezcla de ellos dan lugar a texturas que derivan en un alud de imágenes preciosas.

No deja de ser una nota optimista saber que los humanos estaremos perdidos, pero que afortunadamente los animales sobrevivirán. Al fin y al cabo el planeta siempre fue de ellos.

9.- Cónclave - Dir: Edward Berger

La política es la continuación de la guerra por otros medios. Entonces tiene todo sentido que el siguiente largometraje del ganador del Oscar a Mejor Película Internacional por Sin Novedad en el Frente (2022), Edward Berger, sea un intenso thriller político que sucede en el lugar donde se practica la política más ruda e inmisericorde que puede haber en el mundo: el Vaticano.

El papa ha muerto, y los cardenales de todo el orbe se reúnen en la santa sede para designar al sucesor. Un proceso que Berger retrata con lujo de detalle pero donde lo importante es ser testigos de la real politik de Roma, que no dista mucho de la política de los estados: juegos de poder, envidias, conspiraciones y demás.

Aunque Berger nunca termina de dar a mordida completa, Cónclave es un tremendo ensamble de actuaciones, guión e imágenes hermosas en un escenario donde se está desatando una guerra sin igual.

8.- Sujo - Dir: Fernanda Valadez y Astrid Rondero

Si, estamos ante otra película sobre el narcotráfico en México, pero es una que se plantea una pregunta que ante la situación de violencia del país resulta casi una provocación: ¿Es posible escapar?, ¿es posible huir del infierno de la violencia?

Plena en metáforas visuales de una elegancia sutil y una fuerza contenida, Sujo es la historia de un hijo de narcotraficantes cuyo padre es ajusticiado por alguna rencilla entre sicarios. Amenazado de muerte desde su niñez, Sujo es protegido por su tía quien básicamente lo mantiene escondido en casa. Pero la adolescencia llega y es imposible mantener al chico en casa, por lo que pronto estará cercano a la realidad cotidiana: las bandas del narco y su canto de sirenas. ¿Se puede escapar?

Dedicada a “los huérfanos de este país en llamas”, Sujo  es una cinta hermosamente filmada que en el fondo tiene un mensaje de esperanza, tan necesario en estos tiempos donde la violencia no cede y los muertos se apilan.

7.- Civil War - Dir: Alex Garland

En Civil War (E.U., 2024) el escenario es un Estados Unidos sumido en una guerra civil despiadada y sangrienta. Garland aprovecha los ecos del asalto al Capitolio del seis de enero de 2021 para imaginar un escenario absolutamente fatal pero a la vez irremediablemente fascinante: ver a una nación, a una democracia tan importante como la norteamericana, desmoronarse.

El director jamás explica por qué Estados Unidos está en guerra, ni falta que hace (razones sobran, diría alguien), por que lo que en realidad le importa a Garland es hablar de los periodistas, de aquellos que están aquí para redactar la historia, contar los hechos, tomar fotos de la masacre. Ellos son los ojos de la Historia, una que incluso algunos quisieran ignorar (aquel pueblo donde los habitantes deciden vivir como si no pasara nada), pero que justo por eso es vital que el registro prevalezca.

Garland no oculta una absoluta admiración por el oficio periodístico. Ya hacía falta una película donde los (super) héroes sean los periodistas.

6.- The Apprentice - Dir: Ali Abbasi

The Apprentice  es una cinta que nos ayuda a entender (que no justificar) al Donald Trump de hoy: ese individuo incapaz de aceptar una derrota, que no se cansa de atacar y atacar a sus contrincantes así sea con una metralla de mentiras, un tipo que cuando la realidad le es adversa se construye la propia (“they’re eating the dogs, they’re eating the cats”).

Las actuaciones de Sebastian Stan y Jeremy Strong son un completo tour de force que nos ayuda a entender los orígenes del presidente naranja, un hombre que todo el tiempo trataba de sorprender a su padre, por todos los medios posibles.

The Apprentice humaniza a Trump, pero esto no debe entenderse como un abrazo al tirano. Tildar de “monstruos” a este tipo de políticos, de dictadores, de autócratas, es la salida fácil. Porque la verdadera tragedia es cuando te das cuenta que no son monstruos, que son seres humanos, de carne y hueso, y que aún así actúan con la impunidad, la displicencia y el autoritarismo que los caracteriza. Entender eso resulta incluso más aterrador.

5.- Nosferatu - Dir: David Eggers

Si la Nosferatu de 1922 era una sinfonía de terror, la de 2024 es una ópera de oscuridad y pulsión sexual.

Esta nueva versión al clásico de 1922 es un homenaje por todo lo largo y ancho de la cinta sin ser nunca una copia, Eggers hace suyo el relato, lo llena de atmósferas ominosas, de oscuridad y de sexo pecaminosamente arrebatador. Le quita muchos grados de romanticismo pero le añade las capacidades técnicas de una cámara que sorprende en la belleza de sus planos fijos y en el dinamismo de su movimiento, de sus planos secuencia, de sus travellings, de sus encuadres, pero principalmente por el manejo de la luz. Y es que en su Nosferatu la oscuridad es una fuerza maldita que todo lo invade y que todo lo contamina.

Tan hermosa como asfixiante, Nosferatu es ese tipo de películas donde cada fotograma es una obra de arte, donde la atmósfera invade al espectador y donde lo único que queda por hacer al finalizar la película es comprar otro boleto para verla una y otra vez.

4.- The Zone of Interest - Dir: Jonathan Glazer

Basada muy libremente en la novela homónima del escritor británico Martin Amis, The Zone of Interest es una de las miradas más crueles y perturbadoras sobre el holocasuto, con el ligero detalle de que el horror nunca se ve a cuadro, aunque si se escucha.

Situada en Auschwitz, Polonia, a inicios de la década de los cuarenta. El comandante Rudolf Höss (Christian Friedel) -encargado de ejecutar la llamada “solución final”- vive con su esposa e hijos a lado de los infames campos de concentración a los que llegaban por tren miles de “piezas” (como llamaban los nazis a los judíos), que serían ejecutados en las infames cámaras de gas para luego reducirlos a cenizas.

Pero de todo este horror, la casi inmóvil cámara del cinefotógrafo Lukasz Zal no muestra absolutamente nada. Lo que veremos es lo que sucede al otro lado del muro que bordea al horror: la extraordinaria casa de la familia Höss que cuenta con un bello jardín lleno de hermosas flores, una alberca con resbaladilla para los niños, y un río cercano donde él y su familia suelen pescar.

The Zone of Interest exhibe lo que probablemente nunca habíamos visto en una cinta sobre el holocausto: lo ordinario conviviendo con total pasividad junto a la muerte más atroz. Con gran pericia técnica, sin alejarse de sus pasiones estéticas (a las que muchos tildan con la tonta etiqueta de “cine de arte”), The Zone of Interest es una cinta engañosamente sencilla sobre la brutal capacidad humana de ignorar al otro. Imposible no pensar que hoy día esa capacidad está desbordada: ¿cuántas guerras, cuántas muertes, cuantos gritos están sucediendo en este mismo instante mientras nosotros volteamos a ver esas nubes que no son nubes? A todo se acostumbra uno.

3.- Perfect Days - Wim Wenders

Basada en el concepto del Komorebi (los rayos de sol que se filtran entre las ramas de un árbol), Perfect Days debe ser la película más personal de Wenders y probablemente una de las mejores de su filmografía. Con recursos mínimos, casi sin diálogos, Wenders despliega su cinta con la elegancia de un haiku.

Hirayama (un espectacular Kôji Yakusho, ganador del premio a Mejor Actor en Cannes e increíblemente ignorado en las nominaciones al Oscar), es un hombre de mediana edad que vive en un diminuto departamento en Tokio. Siempre despierto al alba gracias al ruido de la vecina que desde muy temprano barre la calle, Hirayama despierta, dobla el tatami donde duerme (convirtiendo así la recámara en la sala), se lava los dientes y la cara, se recorta el bigote, rocía agua a sus diminutas plantitas, se pone su uniforme de trabajo, recoge cartera, llaves y reloj, y sale de su departamento para voltear hacia arriba y ver el sol. Su discreta sonrisa no oculta su gozo: es un día más de vida, ¿acaso no es suficiente para ser feliz?

La filosofía de la película se encierra en el Komorebi: al final, la vida se trata de encontrar la luz entre las sombras, de buscar el sol entre las hojas, la belleza entre la oscuridad, la felicidad en la rutina, reír y llorar mientras al fondo suena algo de buen rock.

2.- The Substance – Dir: Coralie Fargeat

The Substance es todo un tour de force, tanto para el público como para sus dos protagonistas. Destaca el compromiso de Demi Moore, que rebasa todo límite de su carrera previa. Moore se confronta con su propia belleza en un filme que debería hacerla acreedora al menos a una nominación al premio Oscar.

La cámara -en apariencia hipersexualizadora- del cinefotógrafo Benjamin Kracun no es sino otra arma de ataque frontal que la directora usa para mofarse de los patéticos hombres que rodean a estas mujeres hermosas: lobos que si bien viven de vender carne, no pueden sino babear frente a la belleza que nunca sería suya a no ser por su dinero.

Ante la disyuntiva de hacer un panfleto sobre la belleza real, Fargeat se decanta por entregar una cinta perversamente surreal, atinadamente absurda, premeditadamente excesiva, que empata a la obsesión femenina por la belleza con una adicción incontrolable que hace del adicto el engranaje de un sistema de explotación.

Orgullosamente trazada con el crayón más grueso posible, Fargeat no sabe o no quiere detenerse: cuando pensamos que la cinta está por terminar, la directora y guionista lleva el relato hasta las últimas consecuencias en un festival de sangre, gore y monstruos.

1.- Anora - Sean Baker

En una espectacular escena que se extiende hasta el punto de no saber cuando acabará, Sean Baker demuestra como nunca antes en su carrera una habilidad extraordinaria para mantener el control en todos y cada uno de los aspectos de su película.

Anora es otro de los relatos clásicos de Baker, personajes del submundo que luchan por alcanzar sus sueños. En esta caso se trata del sueño de Annie (o Anora), una bailarina exótica a la que un cliente joven e increíblemente millonario (heredero de oligarcas rusos) la contrata para pasar una semana de fiesta, y luego proponerle matrimonio.

Se trata, en efecto, de un Pretty Woman (1990) a nivel de piso y con personajes más realistas. Pero en un giro inspirado, Anora se transforma en una delirante comedia de situaciones a la par que (sin que lo notemos) se desdobla una historia de amor.

Mickey Madison es simplemente perfecta frente a la camara, y el resto del cast está siempre a la altura. Pero aún con las actuaciones perfectas, lo que hace de esta una cinta brillante es el nivel de control de su director: ninguna pieza está fuera de lugar, todo está calibrado, con precisión de relojero, para llegar a un final conmovedor e inesperado.

La sala de cine que hace algunos minutos seguía inundada de risas, se torna en un sepulcral silencio. Baker ama a sus personajes, y nosotros irremediablemente caemos también rendidos ante ellos.

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