El Presidente duerme en Palacio, y lo hace con el enemigo, con aquel (o aquellos) cuya encomienda es, de manera paulatina, motivar o alimentar los resquemores ya existentes en su equipo cercano. Y es que AMLO ha mermado el “obradorismo”, (solito y su alma), en algunos compañeros de batalla, incluso en varios de los más añejos.
Hay focos rojos en la 4T porque la renuncia de Jaime Cárdenas al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado reafirma, (sin manera alguna de negarlo), un cáncer que crece a paso lento pero seguro por varios en el gabinete: la desilusión ante el actuar de AMLO como Presidente.
Una voz en Palacio Nacional me hace saber que cada vez son más los renuentes a AMLO, los que dejan de comulgar con sus ideas ahora que llegó a la Presidencia. “Las renuncias de Carlos Urzúa, Germán Martínez, Asa Ebba Christina, Víctor Manuel Toledo, Javier Jiménez Espriú y ahora Jaime Cárdenas, se dieron porque dejaron de creer en López Obrador; porque creyeron mejor abandonar el barco que hundirse en él”.
Lo que pasa alrededor del tabasqueño no es tema menor, y lo ha dicho con todas sus palabras en “la mañanera”: no sabe delegar. Ante ello, quienes todavía le son totalmente fieles, (y atesoran su recuerdo como eterno opositor), consideran tener la fuerza suficiente para “tragar sapo” el resto del sexenio, buscando acomodarse con un probable sucesor que aligere el “obradorismo”.
Tiene más de un año que en el equipo cercano al Presidente existen personajes introducidos para aumentar las diferencias entre Secretarios; para alimentar las desilusiones hacia el líder histórico; para convencerlos del prestigio que podrían perder si continúan despachando en la 4T. “Nos pagan por ello y ni siquiera saben quiénes somos; además, AMLO nos hace menos complicado el trabajo”, me dice uno de ellos a quien logré contactar.
“Cada vez batallan más para ajustar sus dichos a una estrategia seria y coherente en los distintos frentes; no es fácil ser Secretario con AMLO sin pensar en renunciar, tampoco es sencillo ajustar los números a una realidad que sólo existe en su pensamiento; se avecinan más renuncias tanto de la primera línea del gabinete como de responsables de varios proyectos”, me comentan.
Antes de que acabe el año habrá cuando menos una renuncia en el primer círculo del Presidente, una que llamará mucho la atención, similar en importancia a lo acontecido con Urzúa o Jiménez Espriú; “es alguien que no aguanta más ser limitado en sus capacidades, y no me refiero precisamente al de Hacienda”.
“Que se vayan todos los que quieran”, dijo AMLO en una junta previa a la conferencia matutina. “Necesito más lealtad que cualquier cosa, incluso que capacidad. Si se van todos, no hay problema, puedo gobernar solo”.
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