La Ciudad de México se está cayendo a pedazos en las manos del gobierno de Claudia Sheinbaum. Desde el desastre de la Línea 12, el 3 de mayo de 2021, hemos tenido una crónica que anuncia el colapso total de los medios de transporte público en la capital del país. Cada semana, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro anuncia su incapacidad para cumplir tramos.
Este 29 de noviembre la Línea 3 volvió a fallar de Indios Verdes a La Raza. La cantidad de personas afectadas resulta incontable. No hay rutas ni servicios alternos eficientes.
Claudia Sheinbaum tiene ocupaciones ahora que tienen que ver más con su aspiración fallida a la Presidencia el 2024 sin ser consciente de que la Ciudad de México se le sale de las manos. Si está incapacitada para sostener una ciudad, mucho menos un país. Pero su perspectiva en este momento no le permite ver la complejidad que viven diariamente los capitalinos para moverse en esta Ciudad.
Las paradas improvisadas del transporte auxiliar del Metro de Balderas a Pantitlán son un ejemplo de lo rebasada que está la realidad ante las expectativas del gobierno de Claudia.
Todos los paraderos están saturados a la hora pico de forma excesiva. Bajo la oscuridad y algunas noches lloviendo, los usuarios esperan horas en colas interminables para poder subir a un trolebús que los lleve a su destino. Esa es la gente que sostiene a la Ciudad y que trabaja duramente para llevar comida a casa. Se trasladan grandes distancias justamente porque el primer cuadro de la Ciudad es impagable.
Y ahora más con la alianza que hizo Claudia Sheinbaum con Airbnb, fomentando, sobre todo, la gentrificación. Olvidando a los que verdaderamente más lo necesitan. Porque justamente los “nómadas digitales” no tienen que enfrentarse a estos colapsos del Metro ni a las infinitas filas del transporte público.
Claudia no sólo ha demostrado con esto lo poco que le importa la gente, sino que además reafirma su despreocupación por los intereses de los ciudadanos. Fue justamente hace unos días cuando anunció su compromiso nupcial como uno más de estos teatros políticos que llevaron a cabo personas como Peña Nieto. El desprecio por la memoria histórica que tienen nos hace ver que son exactamente iguales.
La prioridad de Claudia está cada vez más ensimismada en la campaña que incluso aún no es definitiva.
El domingo pasado concentraron la marcha en favor del Presidente, en la Ciudad de México. No parece ni de lejos una casualidad. Los mensajes son importantes en sus formas.
A diferencia de la defensa al Instituto Nacional Electoral ( INE), donde las marchas tuvieron una gran extensión en muchísimas ciudades del país, ésta fue convocada desde la oficialía.
Una marcha desangelada que se vio totalmente vinculada al aparato político mucho más que a la convicción del pueblo. Ahí, a un lado del Presidente, Sheinbaum buscaba el protagonismo que le urge, donde precisa más el orden político que la Ciudad y su gente.
¿Qué sería Sheinbaum sin los capitalinos? ¿Por qué esa mezquindad ante el territorio y la gente que sostiene esta Ciudad?
La respuesta es contundente cuando vemos en lo que se ha convertido la capital. La cantidad de feminicidios, falta de infraestructura, transporte y seguridad. Estamos en la Ciudad que se le cae a pedazos a la jefa de Gobierno.