Este lunes regresaron a la escuela los alumnos de niveles básicos en la Ciudad de México y por lo tanto del resto del país. A su regreso millones de alumnos en todo el país también regresan a las aulas que representan uno de los pilares más grandes que ha tenido nuestro país para con los mexicanos. Esto sobre todo porque la educación pública ha sido el eslabón en el que sea fundaron millones y millones de ideas de muchísimos mexicanos a lo largo de por lo menos los últimos 100 años. ¿Qué hizo tan exitoso el modelo educativo en México? Pues no solo que se ha planteado que la educación se laica y gratuita para todas y todos sino que además se ofrecen muchísimas herramientas para que los alumnos sean capaces de cumplir con sus actividades. Pero pensemos más a fondo lo que esto representa no solo para los que tenemos a un lado en nuestras casas en la capital del país, pensemos a profundidad sobre las poblaciones vulnerables, marginadas y precarizadas que de hecho existen en la misma frontera de la ciudad y muchas otras partes de México. Aún con la escuela pública, el acceso a la educación sigue quedando insuficiente.
Los principales factores por los que alumnos del país en condiciones precarias no prosperan y por lo tanto, continúan un círculo infinito de precarización en el que nunca salen “a pesar de la educación” son por ejemplo la alimentación -la falta de ésta- y la violencia intrafamiliar.
Los libros gratuitos más que ser una bandera o un logro, son parte del mismo derecho que se ha construido en México desde hace muchos años y no desde el último sexenio. Por eso mismo sería importante reflexionar que aún hay tareas mucho más urgentes que simplemente señalar y recordarnos como un acto político de lo más oportunista que los libros de texto están para este ciclo escolar, pues justamente pareciera un eufemismo más de la administración actual para reafirmar su presencia y control cuando la urgencia está aún más latente y viva en donde quizás los votos no resultan tan importantes para aquellos que hoy tienen su discurso en el micrófono.
La ciudad de México centraliza precisamente este tema y es un buen ejemplo de cómo se puede uno precisar la crítica hacia el resto del país. La educación en la CDMX se concentra la institución a nivel federal por lo que este mismo discurso que se replica como si hubiera sido de la jefa de gobierno la tarea de promover la educación en México resulta bastante complaciente. Por una parte porque solo se adjudica eso que entienden por logro y que no es sino un simple derecho que tenemos los mexicanos y por otro se exime de la repercusiones oficiales, de la falta de proyección y precisamente los fracasos frente a esta institución por el simple hecho de no dirigirla desde arriba.
La politización de los discursos hoy es tan decadente como todo en la actual administración, pero la educación que es el sustento y el pilar de millones de mexicanos que están cargando con esa transformación, lidian precisamente con la carga de ser utilizados como el resultado aparente de una administración a quien claramente le faltó estructura para resolver los problemas más esenciales, por lo menos hablando dentro de la educación básica.
Por eso mismo, los nuevos libros de texto, son un tema de reflexión por supuesto, pero siguen siendo la punta del iceberg dentro de todo lo que debe atenderse por el futuro de un país mejor.