El 3 de mayo de este mismo año, la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México colapsó, debido a un incidente dejando 26 muertos y decenas de heridos. La vulnerabilidad de la clase trabajadora se vuelve a ver afectada por la corrupción.
Hasta el día de hoy, las familias de fallecidos no han conocido la palabra justicia. Para que los muertos de este accidente no sean una cifra, sino una reflexión particular, habría que mirar quiénes son los capitalinos que día a día se trasladan en el transporte público y la urgente necesidad de visibilizar que tenemos un sistema de transporte colectivo rebasado por la realidad. La distancia que viven los políticos de esta administración y las pasadas, con respecto a la realidad de las víctimas es abismal, pero también corresponde a la indiferencia con la que se mira la justicia en esta Ciudad.
La Línea 12 es un eje fundamental en el futuro político de quienes hasta hoy tienen el gobierno absoluto, de ahí que las soluciones que brinden a la sociedad deben ser fundamentales para encauzar sus aspiraciones en el poder; sin embargo, vivimos en una sociedad hastiada de vivir en estos parches donde la justicia sólo es si tiene un fin político.
La fiscalía capitalina anunció que iba a presentar cargos contra los primeros responsables de esta tragedia. 10 funcionarios, desde el director del Proyecto Metro, hasta supervisores de obra, serán acusados de homicidio culposo, daño a la propiedad y lesiones.
Todos los funcionarios formaron parte de la administración de Marcelo Ebrard cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de México, hoy canciller y uno de los posibles aspirantes a las elecciones presidenciales de 2024.
Aunque la administración de Ebrard terminó en 2012, fue cuatro años después cuando se inauguró esta obra en la administración de Miguel Ángel Mancera.
La justicia en este escenario busca, sobre todo, resguardar a los actuales candidatos presidenciales de Morena; sin embargo, esta es la oportunidad para no simular la justicia, sino verdaderamente pensar en las víctimas.
¿Cómo hemos de conseguir la justicia, no sólo para los muertos, sino para los millones de capitalinos que viajan en el transporte público día a día, expuestos a la corrupción de quien ha modificado, abaratado costos e improvisado en la obra pública?
¿Quién ha expuesto la vida de millones de personas con tal de robarse el dinero público?, porque esa es la razón fundamental de las grandes tragedias de esta Ciudad.
El DRO Juan Mario Velarde Gámez recibió la condena de 208 años de prisión por los delitos de homicidio doloso y falsedad de declaraciones al poner el dinero por encima del valor de la justicia por la vida de los niños que fueron víctimas del sismo del 19 de septiembre de 2017.
La añoranza de un proceso justo es la necesidad misma de construir un mejor futuro como Ciudad y como sociedad. Necesitamos que la corrupción no siga cobrando vidas y que los funcionarios entiendan que la impunidad no puede seguir existiendo.