Estarás cansado de leer noticias que prevén la catástrofe. Titulares diarios que nos repiten que estamos viviendo en un mundo en donde las estructuras estallan y ese futuro que nos habían contado mil veces que era el que tendríamos, zozobra.

No eres el único que lo siente. El cine también. Cuando está cerca de terminar el ciclo anual de los festivales hago el ejercicio de intentar descubrir cuál fue el tema que los directores de distintas partes del globo terráqueo tuvieron en común.

Es sorprendente que no importa la diferencia de latitudes, siempre hay un punto en el que coinciden estas personas que poseen una sensibilidad tan alta que les permite interpretar lo que está pasando en el tejido social y sus consecuencias. Hace casi una década, el tema constante era la violencia, luego vino el análisis de la familia, porque una vez explorado el horror, había que explicarlo.

Después de la estirpe, que no fue suficiente hebra para desenmarañar el por qué habíamos llegado a tales niveles de atrocidad, vino la figura de la madre. Luego, la del padre, que sigue latente en las pantallas, pues durante años se le ignoró en el destino y ahora es que se comienza a analizar el peso que teje en las emociones.

Así lo hace Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, de Alejandro González Iñárritu o La caja, de Lorenzo Vigas. Ambos filmes nominados este año por sus respectivos países (México y Venezuela) para ser considerados al Oscar a Mejor película extranjera.

Por supuesto que también se habla del cambio climático (Don’t look up), de las posibilidades para buscar nuevas formas de vivir (Nuclear, de Oliver Stone), pero lo más importante es que se está empezando a hacer conciencia de lo vital, lo que nos ayudará emocionalmente y nos dará salud mental y es volver a mirar hacia nuestras pequeñas comunidades.

¿Cuál es tu verdadera red de cariño y apoyo? Y, ¿quiénes saben que cuentan contigo? Eso es lo que dicen los filósofos, gurús y artistas que es lo que nos va a ayudar a sobrevivir a los retos que nos esperan como humanidad y que serán tan grandes que los individualistas se quedarán en el intento.

De esto va Bones and all, la cinta de Luca Guadagnino que muestra a dos jóvenes que se encuentran y reconocen en sus soledades. El realizador italiano te lleva al extremo poniendo a sus protagonistas ( Timothée Chalamet y Taylor Russell ) en la piel de dos jóvenes caníbales. Hay mucha sangre y es un filme muy oscuro, sí. Provoca rechazo e incomodidad, pero lo que no se puede negar es que te dice que por más complicado que se ponga el camino, siempre hay alguien con quien compartir.

“Quienes logren crear lazos y pertenecer a comunidades en las que se sientan arropados son los que lograrán sobrevivir a lo que se nos viene”, afirmó el cineasta tras presentar su película en Venecia. Así que, si ya encontraste a tu tribu, quiérela y procúrala. Si no lo has hecho todavía, ¿qué esperas?

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