Como todo bien escaso, cuando se encuentra es muy preciado. Y eso es lo que está ocurriendo con la bondad, no sólo en nuestras vidas cotidianas sino también en lo que algunos creadores nos están proponiendo desde el entretenimiento.

En un mundo en el que los cineastas no han dejado de preocuparse por poner el acento en lo peligroso de la actualidad y en lo que se avecina en el futuro —el auge de la extrema derecha, el cambio climático y el riesgo de arrojar en manos no adecuadas la Inteligencia Artificial—, también es legítimo ver que, en el otro lado de la balanza, está la generosidad.

Por eso, no es casual que una de las películas que causó furor en las salas de cine y que seguirá su carrera hasta los Oscar sea La sustancia, protagonizada por Demi Moore, Margaret Qualley y Dennis Quaid. Quienes la hayan visto o escuchado de ella se llevarán las manos a la cabeza pues en la película hay sangre, mucha, y violencia.

Pero si se bucea un poco, es fácil entender que lo que su directora, Coralie Fargeat, nos dice es: “tenemos que querernos tal y como somos”. Esa es la motivación del filme según la misma Fargeat, quien lo aseguró después de cimbrar el Teatro Lumière en Cannes y antes de coronarse con el Premio a Mejor guión en ese Festival.

“Abrazarnos a nosotras mismas, ser bondadosas con nuestro cuerpo, asumir el paso del tiempo”, afirma Coralie, son el corazón de esta historia que se hace potente porque nos golpea.

El espejo de la directora francesa nos muestra a dónde podemos llegar para cumplir con la tiranía de la belleza que nos hemos autoimpuesto. Es desolador. Pero este gesto radical es un abrazo. Pues por paradójico que parezca, reafirma que desgarrarnos por la eterna juventud no nos prometerá felicidad ni salud mental.

La sustancia habla de las mujeres, pero sin victimizarnos. Sino desde el diálogo interno que hemos asumido y que, por lo tanto, nos corresponde a nosotras cambiar. Ver a Demi Moore renacer en su carrera con el personaje que no podría ser más verosímil y acertado que en su piel, es un gol.

Otra producción que apuesta por mostrar el lado luminoso de la humanidad es la serie de Prime Video, Cada minuto cuenta, que se estrenará en esa plataforma el próximo 8 de noviembre. Los capítulos dirigidos por Jorge Michel Grau se centran en las historias de los héroes anónimos del terremoto del 85, que cambió el rostro de la Ciudad de México.

Grau bien lo dice: “en momentos tan polarizados como los que se viven en nuestro país, contar estos logros de organización social nos hacen encontrarnos como mexicanos y descubrir lo que nos une”.

La cereza en el pastel la pone la bella El olvido que seremos (2021), con la que Fernando Trueba nos muestra a un hombre bueno, pese a todo, y que por fin se estrenó en Netflix.

Y, si aún hay escepticismo acerca de esta búsqueda global de la benevolencia, también está la obra de la española Pilar Palomero, Los destellos, que a través de una mujer que acompaña a su exmarido en su enfermedad, transita por el perdón y la lealtad.

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