La violencia muta, y la violencia estructural en contra de las niñas, adolescentes y mujeres no es la excepción, se ha expandido a los medios digitales; en México, se estima que nueve millones de mujeres son víctimas de violencia digital y mediática, que les provoca graves daños a su integridad física y emocional debido a que se vulnera la intimidad, la privacidad y el desarrollo de su sexualidad.

No hay estadísticas oficiales que permitan dimensionar la gravedad de la violencia digital, es de reciente visibilización y sólo se cuenta con cifras del Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2015.

Este módulo experimental, que se agregó por única vez a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las TIC en Hogares (ENDUTIH) 2015, del INEGI, arrojó que del total de la población encuestada, el 24.5% reportó haber vivido ciberacoso en algunas de sus diferentes formas, porcentaje del cual el 47.9 fueron mujeres, es decir 9 millones. Se detalla que el 40 por ciento de las agresiones fueron cometidas por personas conocidas por la víctima y el 30 por ciento por desconocidos.

Las mujeres más vulnerables son de entre 20 y 29 años de edad y le siguen las niñas y adolescentes de entre 12 y 19 años. Son profesionistas, principalmente investigadoras, activistas y artistas, señala la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones.

Desde 2013, nuestro país reconoció el derecho humano del acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, así como a los servicios de radiocomunicación y telecomunicaciones, incluyendo la internet.

Es un derecho necesario e indispensable que acorta brechas, pero que también ha generado nuevos espacios que posibilitan que agresores amenacen o intimiden a sus víctimas en diversas formas. Las nuevas tecnologías de la información han sido usadas para realizar actos violentos en contra de las niñas, adolescentes y mujeres, lo que agrava la situación de violencia estructural que viven a lo largo del territorio nacional.

De acuerdo con estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante 2019, los delitos de violencia de género registraron un incremento del 2.5 por ciento con relación a 2018; se abrieron 74 mil 632 carpetas de investigación por agresiones, físicas, acoso, abuso sexual, violación y feminicidios.

Es importante que la violencia digital y mediática se reconozca como una modalidad de violencia y se tipifique en el Código Penal Federal, sin embargo el proceso ha sido lento. Desde el 13 de noviembre de 2019, la Cámara de Diputados aprobó la reforma al artículo 6 de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en la que se definió el término de violencia digital. Una reforma necesaria y urgente, que apenas hace días se dictaminó en el Senado de la República, pero que aún no se concreta.

La violencia digital es un flagelo que crece día a día, por ello es imperante la creación de una estrategia integral de Estado que involucre a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial a nivel federal y estatal en la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia en contra las mujeres en cualquiera de sus modalidades.

La implementación de políticas públicas que garanticen el derecho a una vida libre de violencia de las mujeres, así como la sanción a la transgresión y el uso indebido de datos que se generan en las redes sociales y que afectan su dignidad, es tema de gran preocupación social, debido a que en el país ya existe un clima de violencia estructural en contra de niñas, adolescentes y mujeres, pero que ahora se ha trasladado al mundo virtual.

Maestra en políticas públicas. @Ale_BarralesM

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