Los resultados que arrojaron la Encuesta Nacional Encovid-19 Infancia. realizada de manera conjunta entre el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ( Unicef ) y el Centro de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad ( Equide ) de la Universidad Iberoamericana, evidencian una realidad devastadora y el cómo la emergencia sanitaria agudizó las condiciones de pobreza, exclusión y de desigualdad en que se encuentra la niñez en nuestro país.
El estudio sobre los efectos de la Covid-l9 en el bienestar de las niñas, niños y adolescentes, arroja de manera alarmante, que siete de cada 10 hogares con niñas, niños y adolescentes tuvieron una reducción de sus ingresos, con relación al que tenían antes de la pandemia, contexto que a octubre de 2021 se ubicó en un 60 por ciento de los hogares que no habían recuperado el nivel de ingresos de antes de la emergencia sanitaria.
En cuanto a la seguridad alimentaria, los hogares con niños de cero a 17 años de edad, el porcentaje es del 24 por ciento, en tanto que en aquellos que no tienen esta población, sube a 38 por ciento. El porcentaje a nivel nacional, a principios de 2020 era del 45 por ciento, porcentaje que ya de por si era bajo, sin embargo, con la pandemia se precarizó más; en noviembre de 2021, se ubicó en un 30 por ciento.
Con relación a la salud mental, uno de cada tres mexicanos ha presentado síntomas severos de ansiedad; cuadros de ansiedad que son mayores en los hogares con menores de edad, porque además de la incertidumbre de salud y económica por la que atraviesan, deben hacerse cargo de sus hijos; situación que también impacto en los niños, quienes manifestaron dolores de cabeza y obesidad, entre otros.
La encuesta telefónica, elaborada de mayo de 2020 a noviembre de 2021, arrojó que el 8 por ciento de los hogares con integrantes de 4 a 17 años, reportaron que algún menor de edad no se inscribió en el actual ciclo escolar; de los cuales, el 50 por ciento tiene entre 14 y 17 años. La deserción escolar, correspondió, el 44 por ciento a primaria; 19 por ciento, secundaria; y 26 por ciento, a preparatoria.
Vemos que los hogares con niñas, niños y adolescentes constituyen una subpoblación vulnerable, y la emergencia sanitaria agudizó las condiciones en desventaja en las que ya de por si se encontraban. Es una encuesta cuyos resultados, reflejan la necesidad de contar con estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, porque una de cada tres mujeres está al frente de un hogar, así como la urgencia de avanzar en una ley de cuidados transversal e inclusiva.
Es necesario que se instrumenten y adopten acciones inclusivas que atiendan las secuelas que deja la falta de acceso a una alimentación adecuada, sana y nutritiva en la salud y en la capacidad de las niñas, niños y adolescentes en el aprendizaje.
La deserción escolar del 8 por ciento de niñas, niños y adolescentes, debe plantear un reto tanto para el gobierno como para la sociedad en su conjunto, y es de qué manera reincorporarlos a la primaria, secundaria y preparatoria, porque aún y cuando el regreso intermitente tiene secuelas en el aprovechamiento escolar, lo peor que nos puede pasar es que no regresen a las aulas.
Desafortunadamente, la Covid-19 vino a profundizar y agudizar el mosaico de debilidades en el que se encuentran inmersos los hogares con niñas, niños y adolescentes en nuestro país, por ello es urgente que se generen políticas públicas y el presupuesto necesarios que atiendan la pobreza, exclusión y desigualdad de la niñez.
Alejandra Barrales (@Ale_BarralesM)