La violencia feminicida es una de las crisis que vive México, es una violencia que no solo se reproduce, sino que escala y una vez más cerramos el año con estadísticas oficiales de 10.5 feminicidios al día, cifra con la que nuestro país se mantiene en el primer lugar de este flagelo en América Latina ; del 1 de enero al 30 noviembre, con 897 carpetas de investigación, ya registra un crecimiento de 3.25 por ciento con relación al mismo periodo del año anterior.

De acuerdo con estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, agosto de 2021, con 108 carpetas de investigación por feminicidio y 271 por homicidio doloso, ha sido el mes más letal para las mujeres de los últimos siete años.

Hoy en día aún existe un porcentaje muy bajo de carpetas de investigación abiertas por feminicidio; de enero a noviembre de este año, les han arrebatado la vida a 3 mil 462 niñas, adolescentes y mujeres, pero sólo el 27 por ciento, 922 casos, son investigados como feminicidios, lo cual indica la resistencia de las instancias de procuración de justicia estatales para investigar todas las muertes violentas de mujeres como feminicidios, tal y como lo establecen los estándares internacionales.

Una evidencia de cómo es un flagelo que no solo crece sino que se recrudece, es el caso que hace unos días conocimos, el feminicidio de una niña de 12 años de edad en Xoxocotlán, Veracruz . La niña fue sustraída de un festejo y horas después su cuerpo, con señales de violencia sexual, fue encontrado en la Sierra de Zongolica, no hay detenidos.

No es un caso aislado, la violencia feminicida está expandida a lo largo de todo el país, tan solo en el Estado de México, este año se han registrado 16 feminicidios infantiles.

Las cinco entidades del país que más víctimas de feminicidio acumulan en lo que va de este año son el Estado de México, con 132; Jalisco y Veracruz, con 66 cada entidad; le sigue la Ciudad de México , con 64; y Nuevo León, con 57 carpetas de investigación.

En tanto, los municipios con mayor incidencia son Ciudad Juárez y Culiacán, con 16 cada uno; le sigue San Pedro Tlaquepaque, con 14; Tlajomulco, con 13 y la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, con 12 casos.

Sabemos que un factor que incentiva la violencia feminicida es la impunidad , pues se estima que en el 95 por ciento de los casos no se detiene al agresor y sólo el 2 por ciento termina en sentencia. Se advierte que una de las dificultades para la investigación es el registro y la comparabilidad de la información que tiene que ver con la diversidad en la tipificación del delito de feminicidio, por ello es urgente avanzar en la homologación del tipo penal a nivel nacional, que identifique cómo plantear las razones de género, para que sean susceptibles de ser acreditadas en la investigación ministerial.

Aun cuando la mayor parte de las entidades federativas cuentan con protocolos para la investigación de delitos constitutivos de violencia contra las mujeres, los lentes de género siguen ausentes en la procuración y administración de justicia; seguimos siendo testigos de feminicidios como el de la niña Renata Martinelly, de 13 años de edad. Meses antes del feminicidio, Carlos Daniel N, fue denunciado por agresión sexual a la niña, sin embargo, no fue detenido; el 29 de noviembre de 2020 ingreso al domicilio de Renata, la violó y le arrebató la vida.

Debemos celebrar que el feminicida haya sido detenido, pero es un feminicidio que se pudo haber evitado si la denuncia hubiera sido atendida con perspectiva de género; no fue así, hoy es una niña más en las estadísticas de feminicidio, una niña más a la que le arrebataron sus sueños, una niña más que ya no está con nosotros.

Maestra en políticas públicas.
Alejandra Barrales (@Ale_Barrales

Google News

TEMAS RELACIONADOS