En medio de la pandemia, la crisis climática y civilizatoria, Greenpeace México cumple 28 años defendiendo el medio ambiente y los conmemora luchando, con grandes retos de frente pero grandes logros pasados.
En Greenpeace México trabajamos arduamente para que algún día podamos dejar de existir, en el momento en que la clase política, empresas y consumidores hayamos integrado en nuestro actuar el respeto al medio ambiente, la acción climática y la producción y el consumo responsables como forma de vida.
La crisis que enfrentamos como humanidad que es simultáneamente medioambiental, energética, alimentaria, migratoria, y económica, nos plantea un reto de tal dimensión que no podemos enfrentar si no es desde el poder de la gente que obligue a empresas y gobiernos a anteponer el futuro del planeta y de la protección de la vida en todas sus formas a la ambición desmedida que está sobrepasado los límites ambientales del planeta.
Greenpeace llegó a México en 1993 con el objetivo de incidir en las políticas públicas de nuestro país. Ese año alertó sobre la mala calidad del aire de la Ciudad de México que la hacía una de las ciudades más contaminadas del mundo. Desde entonces hasta ahora contamos muchas batallas ganadas como el establecimiento del Santuario Ballenero Mexicano en 2002, la cancelación del mega complejo turístico Cabo Cortés en 2012, hasta logros más recientes: la publicación de los proyectos para actualizar, conforme a los parámetros guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las Normas Oficiales Mexicanas de salud ambiental que determinan el nivel máximo permisible de contaminantes en el aire (Ozono, Monóxido de Carbono, Material Particulado (PM10 y PM2.5) y Dióxido de Nitrógeno)
También logramos que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) rechazara 6 proyectos de granjas porcícolas propuestos por Kekén, una compañía de Grupo Porcícola Mexicano (Grupo Kuo), en los municipios de Tixmehuac y Maní, en Yucatán; el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa invalidó las políticas que bloqueaban proyectos de energía renovable a cualquier escala y en consecuencia fomentaban la quema de combustibles fósiles; y la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Decreto que marca la prohibición del maíz transgénico y la prohibición progresiva del glifosato hacia 2024.
Sabemos que aún falta mucho por hacer. Seguiremos trabajando con y para la gente, para lograr un futuro verde, justo y en paz en el que la lucha por el medio ambiente ya no sea necesaria.