Cerrar una escuela es tan grave como cerrar un hospital.
Imaginemos que llegamos a un hospital con muchísima urgencia y se nos dice: “Estamos en paro.” Nuestro país exhibe síntomas de tener, precisamente, muchísimas urgencias. La educación es una clave para contribuir a resolverlas.
Escuelas y hospitales son núcleos estratégicos, y es la sociedad la que hace un esfuerzo inmenso para que unas y otros abran puertas tan anchas como les sea posible.
Tanto más preocupante ha sido el cierre durante largos días de una escuela cuando se trata de la extraordinaria Facultad de Enfermería y Obstetricia (FENO) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): la FENO es a la vez centro de enseñanza y puente para contribuir a la salud de la población mexicana y de personas más allá de nuestras fronteras.
La salud en México no puede esperar. La salud nos concierne a todas las personas, y la Facultad es un espacio clave para un país con tantos temas delicados.
Los tiempos son tan difíciles, tan exigentes, que todas las personas que integramos una escuela (más aun si se trata de una universidad pública) debemos buscar los caminos para que resolvamos las diferencias sin alterar el curso cotidiano de la educación.
La educación es la única herramienta de que disponemos la inmensa mayoría de los seres humanos si queremos salir adelante.
Cerrar una escuela termina causando un daño a veces irreversible (aunque al principio invisible) a la sociedad en su conjunto.
Me consta el esmero y la apertura con que trabaja la maestra Rosa Amarilis Zárate, directora de la feno: cuenta con la experiencia para atender todos los puntos específicos.
Justamente mientras más específicos y objetivos son los puntos de una petición, más viables son las soluciones a corto plazo.
La voluntad de verdadero diálogo se advierte de inmediato en las características de la lista de peticiones. Tanto mejor es el panorama si los puntos de la lista se van resolviendo con las instalaciones abiertas y con la certidumbre de que nos anima el espíritu universitario.
Una escuela pública pertenece a toda la Nación, pues toda la Nación contribuye a que esa escuela tenga sus puertas abiertas.
La FENO atendió en 2023 a cerca de 5,000 estudiantes, la gran mayoría mujeres, repartidas en las licenciaturas de Enfermería y Obstetricia (presencial y en sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia) y de Enfermería.
En el contexto del déficit de personas con esta formación a nivel mundial, sobre todo tras la pandemia, la “enfermería es una de las profesiones más ampliamente valoradas y reconocidas por la sociedad”, apuntó la directora en su informe sobre el año pasado.
El debate del 7 de abril entre aspirantes a la Presidencia de la República tendrá como prioridad justamente asuntos de educación y salud.
Allí tendremos un buen termómetro para medir la seriedad, la profundidad, la experiencia, el compromiso de las dos candidatas y del candidato.
La izquierda inteligente y contemporánea de Felipe González en la España de 1982 hizo de esos dos asuntos los pilares del régimen: “universalización” de la salud y de la educación. Esta decisión y la integración europea ayudaron a que el país ibérico diera pasos de gigante.
Era, sí, una decisión, y coincidían las palabras y los hechos.
La realidad es tan compleja y tan diversa que la manera como se jerarquizan y organizan los asuntos es determinante para el futuro de cada nuevo gobierno y por lo tanto del país.
Ya comenté la paradoja de que México sea la décimo segunda potencia económica y en cambio muestre numerosos problemas básicos en educación y salud, pese a que gracias a la Revolución Mexicana y a nuestra Constitución una y otra se deben garantizar para toda la población desde muchos decenios antes que en la España de Felipe González.
Quienes aspiran a la Presidencia, a las gubernaturas, a las cámaras, a las alcaldías, ¿tienen ideas precisas sobre el qué en educación y salud, el cómo, el con qué pasos y con qué tiempos y, sobre todo, con qué recursos generados en el marco de finanzas sanas?
Que estos temas sean prioritarios nos habla de sus muchos capítulos no resueltos. Que la seguridad sea prioritaria –¡y vaya si lo es!– nos remite a unos pasos más atrás, pues hemos despertado al México bronco del que hablaba, inquieto, don Jesús Reyes Heroles.
A inicios de 2019 Claudia Sheinbaum visitó su Alma Mater. Hablé unos segundos con ella. Le planteé la conveniencia de un amplio programa de educación vial en la Ciudad que ella empezaba a dirigir. Vio con simpatía la idea.
Sigo pensando en la calle como un espacio clave para la educación, para la ciudadanía, para el aprendizaje del respeto a las leyes que nos dan viabilidad… Y vialidad.
Aparte, la educación vial disminuye la presión sobre los de por sí atribulados, saturados, servicios hospitalarios: hay menos accidentes.
Educación. Salud. Todo, al fin, se interconecta. Veamos si los debates aclaran las prioridades. ¿Serán nítidas y hondas las respuestas al cómo, al con qué, al con quién(es)?