El pasado 16 de octubre, la Presidenta Claudia Sheinbaum, envió a la Cámara de Diputados un iniciativa para que los choferes y repartidores de plataformas digitales como Uber, Didi o Rappi, puedan tener acceso a un sistema de seguridad social que los proteja de manera básica. Este proyecto, representa un gran paso de enorme significado social en el mundo del trabajo dentro del sector económico de las plataformas digitales. El tema no es menor, y en caso de que este proyecto avance y se implemente legalmente, seremos ejemplo mundial de un debate actual a nivel global. Para entender este fenómeno económico me permito describir brevemente se origen y los principales conceptos que hoy en día se encuentran a discusión y análisis por parte de la Organización Internacional del Trabajo.

La economía de plataformas surgió en la década de 1990 y, desde entonces, ha crecido rápidamente en tamaño e importancia, impulsada en gran medida por los avances tecnológicos, como el acceso a los teléfonos inteligentes, la internet de alta velocidad, la computación en nube y la creciente capacidad para la extracción, explotación y seguimiento de los datos.

No existe una terminología o definición internacionalmente aceptada de lo que es la economía de plataformas. Para referirse a ella se utilizan varios términos, entre otros: “economía colaborativa”; “economía entre pares”; “economía del trabajo esporádico”, “economía bajo demanda” o “economía de plataformas”. Este último término se utiliza con mucha frecuencia, ya que hace hincapié en la característica distintiva de que estas actividades económicas se llevan a cabo por intermediación de plataformas digitales.

Las plataformas digitales se han descrito como “infraestructuras digitales que permiten a dos o más grupos interactuar y posicionarse como intermediarios”. Una descripción similar es la que considera a las plataformas digitales como una empresa que utiliza internet para facilitar interacciones económicamente benéficas entre dos o más grupos independientes de usuarios.

La economía de plataformas se caracteriza por una gran diversidad, y es el ecosistema en el que operan las plataformas digitales. Abarca una amplia gama de actividades, de ámbito mundial, regional y local  e incluye múltiples tipos de plataformas digitales, modelos de negocio y sectores operativos. Las plataformas digitales presentan varias ventajas competitivas. Permiten reducir los costos de transacción en la provisión de bienes y servicios y las asimetrías de información en el mercado, ya que el usuario puede comparar diferentes servicios de distinto precio o calidad antes de tomar una decisión. Las plataformas digitales se benefician de las economías de escala.

En ciertas circunstancias, las plataformas digitales pueden ejercer un poder de mercado significativo. Por el lado de la demanda, las plataformas pueden actuar como monopolios restringiendo unilateralmente las condiciones de acceso, exigiendo exclusividad o aumentando las comisiones financieras. Por el lado de la oferta, las plataformas también pueden actuar como monopolios, posición que les permite, por ejemplo, aumentar las tarifas a los usuarios.

Aunque no es un fenómeno exclusivo del trabajo en plataformas, cada vez se emplean más los algoritmos como herramientas con las que intentan mejorar la supervisión y el control del trabajo. Si bien la supervisión generalizada de los trabajadores no es algo nuevo, la gestión de los trabajadores por medios tecnológicos facilitada por la inteligencia artificial incrementa esas posibilidades hasta niveles sin precedentes. Los algoritmos pueden redundar en una mayor eficiencia mediante la optimización de la asignación de tareas a los trabajadores, pero también pueden afectar a varias dimensiones del trabajo decente.

La economía de plataformas es una de las manifestaciones más significativas de los cambios inducidos por la digitalización del mundo del trabajo. El crecimiento de esta economía ha abierto nuevos mercados para las empresas y ha creado nuevos trabajos y oportunidades de generación de ingresos, que a menudo ofrecen una gran flexibilidad y una relativa facilidad de acceso para los trabajadores. Los consumidores también se han beneficiado al poder acceder a bienes y servicios más baratos y adaptados, particularmente en las zonas desprovistas de suficientes bienes y servicios. Al mismo tiempo, la economía de plataformas está transformando radicalmente las formas en que se organiza y se ejecuta el trabajo, lo que plantea nuevos retos a la hora de garantizar que los trabajadores de plataformas tengan acceso al trabajo decente.

La aparición de plataformas digitales está contribuyendo a una transformación del panorama económico mundial al crear nuevas oportunidades empresariales y de generación de ingresos. La economía de plataformas, que se caracteriza por la innovación y la diversidad, engloba una gran variedad de plataformas digitales, sectores de actividad y modelos de negocio. Al introducir nuevas formas de movilizar la mano de obra y organizar el trabajo, el crecimiento de la economía de plataformas está reconfigurando el panorama laboral a escala mundial. El carácter transfronterizo inherente a muchas actividades de la economía de plataformas también tiene efectos transversales que plantean nuevos retos para la regulación del trabajo en plataformas.

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