El Presidente López Obrador dio a conocer que cuenta con un testamento político en caso de fallecer durante el sexenio, para garantizar la continuidad de “la transformación y gobernabilidad del país”. En lo referente a la ciencia, tecnología e innovación, al día de hoy, el Presidente heredaría una transformación caracterizada por la reducción de los presupuestos y un modelo de gobernanza caracterizado por el aislamiento del Estado respecto a la ciudadanía.

He analizado en otras de mis columnas cómo el presupuesto para la ciencia y la investigación está estancado y, cuando los recursos llegan a aumentar, son insuficientes por los altos niveles de inflación . En lo que respecta al modelo de gobernanza, hay un retroceso autoritario y centralista que priva la participación de la ciudadanía en las decisiones públicas.

El modelo López Obradorista , controla políticamente a las instituciones para evitar que se consoliden en organizaciones formales, garantes de las leyes y reglamentos que les dan su razón de ser. Al contrario de la institucionalidad, el Presidente quiere el debilitamiento, porosidad, opacidad y fragilidad, tanto de las universidades como de los centros de investigación y de las comisiones técnicas. Quiere también poder elegir a quienes encabezan a estas instituciones para que, cuando así lo requiera, obedezcan sus órdenes y las de sus subordinados por encima de la normatividad.

Lo que le está sucediendo al CIDE tiene que ver con esto. Contrario a la modernización del Estado, el Presidente prefiere la lealtad sobre la legitimidad moral y técnica. Si se piensa que tras su mandato va a entregar un país en gobernabilidad, está haciendo lo contrario. La burocracia se profesionaliza y se protege a través de la ley ante los vaivenes políticos, pero sí apoya procesos de debilitamiento normativo como los que llevaron a Romero Tellaeche a la dirección del CIDE, este y cualquier otro burócrata podrá jugar fuera de las reglas y violentar el estado de derecho. Más aún, si hoy se permite la imposición de Romero, mañana el poder en turno podrá imponer a cualquier otro, sin importar que la comunidad lo acepte o no, ni que esté capacitado para la labor.

La demanda principal de la Asamblea de estudiantes y académica del CIDE, es la generación de espacios institucionales en los que la comunidad pueda opinar, una cultura de inclusión y de participación social activa. Es el anhelo de cualquier universitario: prepararse, indagar, opinar y ser tomado en cuenta. La intervención de las y los ciudadanos en los temas públicos no se reducen al voto y tampoco quienes obtienen el triunfo democrático consiguen un cheque en blanco. La democracia y el fortalecimiento de las instituciones requieren de contrapesos y mecanismos de participación, representatividad, deliberación y rendición de cuentas en el diseño e implementación tanto de políticas públicas, como académicas.

No hará falta quién esté de acuerdo con el aislamiento de la ciudadanía, para el autoritarismo entre menos canales efectivos de participación existan mejor. Tampoco faltará quien diga que el Presidente dejará un país mejor en lo referente a la ciencia, tecnología e innovación, aunque los datos digan lo contrario. Porque nunca faltará la mezquindad de aquellos y aquellas que quieran seguir encabezando instituciones sin tener los conocimientos ni legitimidad para ello.

El testamento López Obradorista y su herencia, será de debilitamiento de las instituciones y el regreso del autoritarismo, pero eso no quiere decir que lo aceptaremos sin meter las manos. El #AsaltoAlCIDE y la lucha a la que se han sumado representantes estudiantiles y académicos de Jalisco, Durango, San Luis Potosí, Oaxaca, Nuevo León, Coahuila, Nayarit, Hidalgo y Morelos, demuestra el rechazo de la instrucción utilitaria y el servilismo, también que nos importa el estado de derecho y la democracia y, sobre todo, nuestra autonomía y la autonomía de todas las instituciones de educación superior y centros de investigación.

Como expresó el Dr. Jean Meyer en el #AsaltoAlCIDE, “la batalla será larga, será una guerra de trincheras de muchos años, pero al final encontraremos la victoria”.

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