Durante el sexenio, hemos sido testigos de “escenografías” mediáticas desde las mañaneras para mantener narrativas positivas respecto al Presidente y su partido, y negativas ante la crítica o ejercicios de rendición de cuentas de la ciudadanía. Esta propaganda no refleja en nada lo que ocurre en el país; ese México que sigue siendo asesinado, desaparecido e igual de corrupto, pobre y desigual.

“lo peligroso no es equivocarse, sino estar tan enamorado de las ideas propias
como para impedir que los hechos se interpongan.”
Duflo & Banerjee, Buena
economía para tiempos difíciles.

La Guerra que inició Felipe Calderón , continúa y se agrava. Decenas de miles de homicidios se suman cada año y seguimos sin saber el paradero de más de 95 mil personas desaparecidas. “Ya no hay tortura, desapariciones ni masacres” afirmó el presidente, sin embargo, por dar un ejemplo, en tres años de la 4T han desaparecido más de 25 mil personas según las cifras oficiales. Por lo que la violencia no solo es una herencia del pasado, sino que es una herida abierta en el presente de esta administración.

“No hay corrupción, aunque les dé coraje a los conservas [sic]”, esta declaración así como las detenciones de personajes ligados a gobiernos anteriores, como la de Robles y Lozoya, pretenden construir una imagen de cero tolerancia ante estos hechos y castigos ejemplares para quienes los realicen. Las estadísticas del INEGI difieren, pues la incidencia de estos actos pasó de 12.1% a 15.7%, de 2013 a 2019, recordando que la corrupción es un fenómeno complejo que no se limita a unas cuantas formas, el nepotismo, el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito, persisten. Las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación y la compra de terrenos a sobreprecio por FONATUR a un amigo empresario del Presidente, son ejemplo de ello.

Pese al aumento al salario –algo loable y uno de los logros del sexenio– y los programas sociales de transferencia directa, la pobreza creció y la desigualdad se mantiene en los mismos niveles que en tiempos de la revolución mexicana , la dictadura perfecta y el llamado periodo neoliberal, esto de acuerdo con el Laboratorio mundial de desigualdad , coordinado por especialistas de la talla de Lucas Chancel y Thomas Piketty. En la mañanera se afirmó lo contrario sin presentar ningún dato que lo desmienta.

Esta puesta en escena fue llevada por el Presidente a la ONU , cuando propuso un plan mundial contra la pobreza. El proyecto incluía la materialización de un impuesto a las personas y corporaciones más ricas, algo que podría poner en práctica en México, pero como solo hay un interés publicitario más allá de cambiar el estatus quo, se quedó solamente en el discurso.

El último show mediático lo hizo a través de la carta que escribió a los eurodiputados. Sin entrar al contenido, me parece incongruente y carente de memoria la postura del Presidente y la de muchos de sus seguidores. Se les olvidó que hace apenas unos meses, el Andrés Manuel López Obrador anhelaba y proponía la desaparición de la OEA por “algo semejante a la Unión Europea”, siendo precisamente el Parlamento Europeo una de las instituciones que la conforman.

No cabe duda de que las mañaneras seguirán siendo escenografías mediáticas, pues está claro que al Presidente le importa más la percepción que los resultados. Gracias a la polarización no hay nada más efectivo que alentar el fanatismo y la idea de que en nuestro bando solo existen buenas e inteligentes personas y los demás son unos bárbaros que buscan destruirnos. Como todo show, depende del éxito que tiene en el público y en la forma en que lo consumimos. En nosotros está creer cada palabra o tener un análisis crítico de lo que se dice en ella.

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