La corrupción se produce a través del abuso del poder, pero también cuando este poder se desvía hacia un hijo, familiar o cualquier persona. Los beneficios de la corrupción, por tanto, no solo se dan a favor del funcionario sino también pueden ir hacia terceros, cuando se utiliza la cercanía con la autoridad para obtener ventajas.
Es evidente que entes privados, incluyendo a personas y organizaciones, pueden ser partes activas de la corrupción y, el impacto social que se deriva de ella hace que todo hecho en el que se presume nepotismo, tráfico de influencias o enriquecimiento ilícito, se convierta en parte del escrutinio público, que además debe ser investigado por las autoridades.
Resulta por ello innegable que, a diferencia de lo que piensa el Presidente López Obrador, la parte de la vida de su hijo –José Ramón López Beltrán– que se ha ligado a través de investigaciones periodísticas con recibir beneficios de contratistas del gobierno, son de interés público. Tanto la parte de su vida que lo liga con la empresa Baker Hughes –con contratos vigentes de 7 mil 589 millones de pesos– como aquella que lo relaciona profesionalmente con un empresario y asesor honorífico del Tren Maya.
Esta última relación, aun cuando no esté sujeta a contratos del gobierno –sin lucro económico–, no significa que no pueda ser beneficiosa en otros ámbitos y obtener ganancias por su cercanía con el Presidente. Las empresas ligadas al Poder tienden a aumentar su valor y mejorar su reputación en ciertos círculos, además de obtener información privilegiada e influir en el diseño y ejecución de las políticas públicas. En este caso, en uno de los proyectos que más recursos se le han invertido en el sexenio y que más le importan al Presidente. Por estas razones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha manifestado que los beneficios de la corrupción y el tráfico de influencias no son sólo económicos, sino que pueden ser de naturaleza social, moral, familiar, política, entre otros.
Por décadas, hemos visto como hijos, hijas, familiares, amigos y empresas ligadas a políticos y líderes sindicales, se han enriquecido por su cercanía con el Poder, por ello no tendría por qué parecernos inadecuado transparentar la vida de uno de los miembros de la familia presidencial, cuando esta se liga con la presunción de tráfico de influencias y conflictos de interés.
Más allá de tomar partido a favor o en contra de las personas y empresas involucradas, es importante darnos cuenta de que el fenómeno de la corrupción es complejo y no se limita a unas cuantas formas, abarcan todo tipo de acciones de captura del Estado para obtener beneficios al margen de la ley. Abrir investigaciones que acrediten o deslinden hechos de corrupción, permite diseñar estrategias para su erradicación y disolver o confirmar las sospechas delictivas de los involucrados, como las que hoy, el hijo del Presidente se encuentra enfrentando.