No hay lugar duda, los seres humanos y sus hábitos de consumo, son los culpables del calentamiento global que está afectando a toda la vida en la tierra. Es un hecho indiscutible que la temperatura del mundo ha aumentado 1.1 grados centígrados en un periodo que va desde la era preindustrial a nuestros días.

Esta situación fue nuevamente alertada por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), conformado por 234 expertos de 66 países, a través del reporte titulado Climate Change 2021: The Physical Science Basis, publicado ayer.

El aumento de temperatura se acerca peligrosamente a los 1.5 grados que los países que firmaron el Acuerdo de París consideraron como límite para evitar cambios drásticos para la vida humana. Las y los expertos consideran que, debido al mantenimiento de los altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, superaremos en los próximos 20 años el límite de 1.5 y el mundo aumentará alrededor de 2 grados centígrados su temperatura.

El Informe concluye que han aumentado las probabilidades de que sucedan eventos climáticos extremos y que el planeta cuenta con la más alta concentración en la atmósfera de dióxido de carbono (CO₂) que se haya presentado en el mundo en los últimos 800 mil años. Las profundas sequías y olas de calor en algunos lugares del planeta, los ciclones cada vez más devastadores y las lluvias e inundaciones extremas en otros lugares, están asociadas a los efectos del calentamiento global.

Para el IPCC, si el cambio climático es producido por el ser humano, este también tiene la posibilidad de llevar a cabo acciones para mitigar sus impactos a través de aplicar medidas inmediatas, contundentes y a gran escala. Hay que abandonar por completo el uso del carbón y el combustóleo y es necesario también que cambien nuestros hábitos de consumo.

Está demostrado que, por su estilo de vida, las personas y países más ricos emiten mucho más CO₂ que los más pobres. Así, aunque China e India sean de los mayores emisores de carbono, se debe a que se han convertido en las fábricas del mundo. Lo que se produce y manufactura en estos países, depende de la demanda mundial y la voracidad de consumo de otros, por lo que no se les puede considerar como los únicos responsables.

Los cambios en el consumo y la conversión generalizada al uso de energías verdes, consistentes en dejar la menor huella de contaminación posible en la producción de energía, trae consigo gastos y es necesario que exista una fuerte inversión pública y privada. El economista Nicholas Stern, calcula que, para contener el calentamiento global, es necesario invertir cada año alrededor del 1% del Producto Interno Bruto mundial. A través de la investigación, desarrollo y subvenciones para personas y empresas, se logrará abaratar y popularizar las tecnologías limpias, asimismo, deberá existir una inversión destinada a intentar reparar los daños que ya fueron causados.

Invertir el 1% de los ingresos de todos los países, es un costo muy bajo para evitar nuestra propia aniquilación.

A pesar de la relevancia del Informe del IPCC, a nuestro país y nuestros representantes pareciera que no les importa el cambio climático. La política energética adoptada por el presidente López Obrador y sostenida en el Congreso de la Unión por el partido MORENA, contraviene la lucha que deberíamos tener para reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero. El país por medio de algunos de sus representantes está apoyando el fracking, el uso del combustóleo y la reactivación del sistema de plantas termoeléctricas, entre otras cosas.

El calentamiento global no es un asunto ideológico y no importa si se cree en él o no. No importa si usted es partidario de Morena, PAN, Movimiento Ciudadano o cualquier otro, usted, sus seres queridos y sus descendientes, sufrirán los efectos del cambio climático, si como humanidad y nación no tomamos medidas radicales para evitarlo.

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