Al concluir esta colaboración semanal, es preocupante informar que, durante el presente periodo electoral, 16 líderes, funcionarios, miembros, candidatos y aspirantes de partidos políticos han sido asesinados en nuestro país. Los dos casos más recientes ocurrieron en el estado de Zacatecas, donde perdieron la vida Juan Pérez Guardado, funcionario de Fresnillo y cuñado de Ricardo Monreal, y Cecilio Murillo, hermano del alcalde de Sombrerete, generaron una profunda conmoción debido a su relación con importantes actores de la vida política nacional y muy cercanos, en uno de los casos, a la candidata a la presidencia de México por Morena. Este hecho ha impactado tanto en Zacatecas como en diversos círculos y sectores del escenario político nacional que hasta el momento guardan silencio.
Zacatecas se ha convertido en una de las entidades más afectadas por la violencia en nuestro país, con niveles alarmantes que la colocan en el centro de las discusiones de seguridad. Con una población aproximada de un millón y medio de personas, destaca el municipio de Fresnillo, considerado el área con la mayor percepción de inseguridad. Esto se refleja en las encuestas de seguridad urbana que publica trimestralmente el INEGI. Respecto a Fresnillo, hoy en la conferencia matutina del ejecutivo, éste desestimó el cuestionamiento de un periodista que preguntó acerca de los altos índices delictivos y de desapariciones forzadas en esa zona que también gobierna un Monreal.
Esto evidencia un deterioro significativo en la estrategia de carácter público. Tanto el gobierno estatal como los municipios, y particularmente el gobierno federal, han implementado tácticas fallidas en esta zona del país. Se trata de un fracaso permanente que afecta gravemente la seguridad y el bienestar de la población. Esta situación se agrava por las complejas fronteras que Zacatecas comparte con estados como San Luis Potosí y Jalisco.
En Zacatecas la presencia de las organizaciones criminales de mayor relevancia y poderío en el país es evidente. Entre ellas se encuentran el Cártel de Sinaloa o Cártel del Pacífico, el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel del Golfo y el Cártel del Noroeste. Además, existe un grupo conocido como Los Talibanes, una célula derivada de Los Zetas. Estas organizaciones tienen presencia en diversos municipios del estado: el Cártel de Jalisco Nueva Generación está presente en 25 de los 58 municipios, al igual que el Cártel del Golfo. Por otro lado, el Cártel del Noroeste tiene presencia en 5 municipios, mientras que Los Talibanes están presentes en 11. Es importante señalar que el Cártel de Sinaloa tiene influencia en 15 de los 58 municipios de Zacatecas, lo que muestra la complejidad y la extensión del problema de la delincuencia organizada en esta región.
En la actualidad podemos decir que Zacatecas es el estado donde la presencia del crimen organizado va al alza, además de que concentra el mayor número de policías asesinados. Los datos recabados por la Vocería de la Mesa Estatal de Construcción de Paz de ese estado reflejan una preocupante realidad. En 2019, Zacatecas lamentó la pérdida de nueve policías a manos de la violencia; en 2020, la cifra se elevó a 26; en 2021, se contabilizaron 36 víctimas; y durante el 2022, la cifra ascendió alarmantemente a 60.
Por obvio que parezca y valga la redundancia, es imperativo implementar estrategias efectivas para frenar este preocupante incremento de la violencia que sólo importa a los ciudadanos, los gobiernos descansan en paz en medio de un proceso electoral ahora ya eterno.