Alberto Capella
Exsecretario de Seguridad
Fundador de AC Consultores
La comunicación podría haberse dado en la madrugada de algún día de la última semana de febrero o las primeras semanas de marzo de 2010. “Quieren todo, papá, especialmente al 'Chapo'”. Ese sería el supuesto mensaje en la llamada que “Vicentillo” o “El Mayito” (que no Bezares, sino Zambada) habría hecho desde el centro de retención penitenciario del distrito de Columbia, rodeado de agentes federales que monitoreaban la comunicación.
Dudo, conociendo el nivel de desconfianza de Zambada García, que dicha llamada se haya hecho de forma directa. Más bien, considero que a través de varios intermediarios se enviaron mensajes de voz, cuya pregunta y respuesta habrían tardado entre 48 y 72 horas o más en definir y comunicar. La respuesta de su padre, “El Mayo” Zambada, habría sido clara y concreta: “Hijo, haz lo que tengas que hacer”. Esta comunicación podría haber sido la razón por la cual “El Mayo” habría buscado la entrevista que, semanas después, tuvo con uno de los padres del periodismo mexicano, don Julio Scherer García. En esta, con enorme sensibilidad, dejó en claro dos mensajes: primero, el gran amor hacia su familia y, como consecuencia, la profunda preocupación que tenía por sus hijas e hijos; y segundo, que no era promotor del ambiente de violencia que en esos tiempos vivía el país y que, por cierto, en la actualidad se ha incrementado a niveles históricos.
Estos antecedentes podrían sustentar aún más la hipótesis de los acuerdos que, desde hace años, “El Mayo” Zambada venía generando con miembros de agencias estadounidenses. Ha sido tan profundo el impacto que la entrega, detención, secuestro o arresto de se figura ha tenido en México y en Estados Unidos, que incluso periodistas y articulistas norteamericanos lo han señalado, sin prueba alguna, de ser parte de una red de colaboradores rusos y de estar involucrado en una lógica en países latinoamericanos que, en los últimos años, han experimentado un incremento en las actividades de espionaje del gobierno de Vladimir Putin. De ese nivel son las especulaciones que en estas semanas se han dado desde que “El Mayo” pisó territorio estadounidense, de ese tamaño son los delirios de los analistas que no logran dar en el clavo con lo ocurrido, sobre todo de cara a las elecciones estadounidenses; toda teoría de conspiración es, al parecer, válida.
Esta fascinante historia del narcotraficante más longevo y astuto que ha conocido la historia seguirá dando mucho de qué hablar, al igual que seguirá generando interminables preocupaciones e insomnios a muchos actores políticos, empresariales e institucionales. Sigo creyendo que, dada su mermada situación de salud y el enorme deseo de volver a ver y abrazar a sus dos hijos, la osadía de este personaje escribió el penúltimo de sus capítulos de una forma por demás espectacular. Me queda clara su imagen, vestido con esa camisa con el logo de la marca “Boss”, dejando en claro que, bajo la libertad o el cautiverio, el jefe sigue siendo el jefe.