La situación en México se ha vuelto más crítica en los últimos días, con una serie de eventos que no solo afectan la estabilidad interna, sino que también ponen en riesgo la imagen del país ante el mundo. Uno de los principales puntos de preocupación es la propuesta de Reforma del Poder Judicial, que ha generado reacciones tanto a nivel nacional como internacional. La idea de elegir a los jueces por votación popular ha encendido alarmas, con voces críticas que advierten sobre los peligros que esto podría representar para la democracia.
Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, no ha dudado en expresar su preocupación, calificando esta reforma como un "gran riesgo para el funcionamiento de la democracia en México". Sus palabras no han pasado desapercibidas. En lugar de calmar a los mercados, han contribuido a la inestabilidad, lo que se refleja en la reciente depreciación del peso mexicano. En menos de una semana, el peso ha perdido un 4.7% de su valor frente al dólar, alcanzando una cotización de 19.51 pesos por dólar en los mercados internacionales.
Las razones de esta caída son complejas, pero dos factores destacan sobre los demás: el fortalecimiento del dólar y la incertidumbre política en México. La expectativa sobre las futuras decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos, sumada a la inestabilidad generada por las políticas internas de México, ha creado un cóctel explosivo que ha afectado la confianza en la moneda mexicana.
A esta ya complicada situación se suma un reciente comunicado de la Fiscalía General de la República (FGR) en relación con el caso de Ismael 'El Mayo' Zambada. Los detalles revelados sobre presuntos secuestros y violaciones a la soberanía nacional no hacen más que intensificar la percepción de un país sumido en el caos político y judicial. La implicación de figuras clave del narcotráfico en actividades que socavan la seguridad y la justicia añade otra capa de preocupación a un panorama ya de por sí sombrío.
Este cúmulo de factores, una moneda en declive, una reforma judicial cuestionada y un entorno político inestable, coloca a México en una posición frágil frente al resto del mundo. La percepción de un país donde la democracia y el estado de derecho están bajo amenaza no solo erosiona la confianza de los inversionistas internacionales, sino que también pone en peligro la estabilidad económica y social a largo plazo. Es urgente que las autoridades mexicanas actúen con decisión para restaurar la confianza y proteger la integridad de las instituciones democráticas antes de que el daño sea irreparable.
La preocupación no se limita a Estados Unidos. Hoy, Canadá se ha sumado al llamado para frenar la reforma judicial, advirtiendo que podría poner en riesgo el flujo de inversiones en el país. En ocasiones anteriores he señalado que el fenómeno del "nearshoring" representaba una oportunidad crucial para México, una especie de salvavidas económico. No quiero decir que este fenómeno vaya a desaparecer por completo, pero es probable que enfrente una desaceleración significativa.
¿Qué está sucediendo en México? En nombre de un supuesto cambio de régimen, parece que se está permitiendo que el caos reine con la idea de reformar el país desde las cenizas. Sin embargo, corremos el riesgo de que estas llamas continúen ardiendo durante varios sexenios más.
Exsecretario de Seguridad
Fundador de AC Consultores