Tener una sólida economía del conocimiento con base en la innovación, significa una generación de riqueza para las sociedades, puesto que crea empleos bien remunerados, reduce los niveles de pobreza, y mejora la calidad de vida. Por ello, el fomento de una cultura de protección a la Propiedad Intelectual (PI) es fundamental.

Para tener un sistema de PI equilibrado, accesible y a favor del interés público a nivel internacional, desde 1967 se estableció la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI); en México, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) se encarga de otorgar patentes o marcas.

La PI son todas aquellas creaciones humanas, como invenciones tecnológicas, obras artísticas, símbolos, nombres e imágenes, que, junto con el registro de patentes, brinda certeza a la innovación científica y tecnológica, al tiempo que promueve el desarrollo tecnológico, y las habilidades digitales para un bienestar social.

En la actualidad, las grandes empresas invierten un alto porcentaje de sus presupuestos a Investigación y Desarrollo (I+D) que deriva en patentes exitosas, pero, sobre todo, contribuyen positivamente a las economías locales.

Este mes, Iplytics difundió su ranking que mantiene a Huawei como líder mundial en patentes de 5G, al tener más de cien mil activas, seguida por Samsung; la compañía invirtió casi 90 mil millones de dólares en investigación y desarrollo entre los años 2010 y 2019, es decir, entre el 10 y 15 por ciento total de sus ingresos. Otras empresas que también han apostado en el área de tecnología son: Nokia, Qualcomm y LG.

Un claro ejemplo del impacto positivo que tienen estas patentes y la PI se observa en el estudio “La contribución económica de la propiedad intelectual en México", que realizó la Unión Europea en colaboración con el IMPI, y cuyos resultados se difundieron la semana pasada.

Así, por primera vez se cuantificó la aportación económica y social de estas industrias que apuestan por la PI. Se destaca que las industrias que protegieron sus marcas e invenciones entre 2010 y 2019 contribuyeron con 47.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en 2019; además, generaron 17.6 millones de empleos, el 33.9 por ciento del total de puestos de trabajo con salarios, promedio, 18.1 por ciento más elevados en comparación con las industrias que no ejercen Derechos de Propiedad Intelectual (DPI).

El estudio concluye que las industrias intensivas en DPI son de valor exponencial para las economías, por lo que vale la pena invertir, registrar y proteger la PI. Más aún, en las condiciones actuales donde el reto es reactivar las economías con base, principalmente, en la innovación.

En México, el semestre pasado entró en vigor la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial que abroga la antigua Ley de la Propiedad Industrial.

Bajo este contexto, queda claro que las economías y las empresas que apuesten por los derechos de PI, aumentarán su productividad. Volverse digitales con conectividad inteligente promoverá un mayor valor agregado bruto por trabajador o por hora trabajada, lo que implica un ganar-ganar.

Director de Innovación en Metrics

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