1. Anticipación. Empezaron las precampañas el pasado 20 de noviembre y terminarán el 18 de enero de 2024. Entramos a otra fase de simulación. Desde hace varios meses, prácticamente todo el año, el país ha estado metido de lleno en una dinámica política de anticipación, en donde las reglas del juego, que podemos estar de acuerdo con ellas o no, se han violentado. Como en el juego del correcaminos y el coyote, los políticos han estado adelante de la autoridad (bip bip). En septiembre se designaron a las coordinadoras de las dos coaliciones, pero en realidad tanto Claudia Sheinbaum como Xóchitl Gálvez fueron designadas como las candidatas a la Presidencia.
2. Primera llamada. El inicio de las precampañas será en realidad la primera etapa de la campaña; ya hay tres candidatos únicos a la Presidencia. Sin embargo, los mensajes, los 79 millones de spots que ya saturan los medios, dicen que son para los militantes del partido político en cuestión y por ley no se puede pedir el voto. En esta fase ya entramos supuestamente a la legalidad, pero sigue la simulación porque en realidad no se elegirá a uno o una entre varias opciones. Lo que sí vemos es una rebatinga por las candidaturas al Congreso.
3.- Primeros días. Claudia empieza con una ventaja considerable en esta carrera, una encuesta la ubica con 48%, a Xóchitl con 24% y a Samuel García con 8% (EL UNIVERSAL, 27/11/2023). En su discurso de registro planteó sus “sueños” en 17 puntos y estableció una continuidad pareja en donde el cambio casi no aparece. Dijo que hará el segundo piso de la 4T, pero será prácticamente la misma plataforma de lo que ha hecho AMLO. Se piensa que con la aprobación del presidente sería un error distanciarse de sus tesis. Claudia muestra solidez y, sobre todo, unidad porque no ha habido rupturas en su coalición, no cabe duda de que el poder es un poderoso pegamento. Por el contrario, Xóchitl pasa por momentos complicados, está en medio de un circo de tres pistas (PRI, PAN y PRD) y el impulso inicial que tuvo se ha diluido entre los intereses de un frente que cada semana cambia de nombre. Se ve que los partidos opositores están más interesados en los cargos legislativos y en los locales, porque tal vez dan por perdida la Presidencia. Error. Xóchitl no ha logrado un discurso coherente y la identidad propia del inicio se ha desdibujado. El puro discurso antiobradorista no alcanza. La tercera opción, Samuel García, inicia con una campaña de redes y con la fórmula con la que ganó en Nuevo León. Puro aire que todavía no se sabe a quién le quitará votos porque el frente opositor lo ve como un esquirol del oficialismo.
4.- Muchas elecciones. 2024 será la elección más grande, habrá en juego alrededor de 20 mil cargos, por eso hay varias lógicas que se mezclan y forman distintos objetivos y estrategias. El oficialismo lo tiene muy claro, quieren ganar todo: Presidencia, gubernaturas, Ciudad de México y obtener mayoría calificada en el Congreso. Todos pueden declarar lo mismo, pero en realidad los partidos de oposición parece que tienen objetivos más específicos y locales ante la maquinaria oficial.
5.- Los switchers. Se hacen cuentas alegres en todas partes, pero lo que hay son una serie de aproximaciones en torno al eje de si está o no decidida la elección. Gabriel González-Molina acaba de publicar un libro, Switchers. S2 El segmento de la orfandad, un estudio muy interesante que establece que existen cuatro grandes segmentos entre los electores: los leales y los anti, que son el voto duro y dos segmentos que son lo que se llama el voto volátil, los que cambian, los switchers. Este trabajo es un acercamiento al mercado electoral desde el lado de la demanda, no de la oferta, es decir, desde lo que plantean, necesitan y quieren los electores. Ese grupo, los S2, dice Gabriel, son los que definirán la elección del 2024, por lo tanto, según este trabajo, todavía no está decidida la elección. Si al término de la fase de precampañas se mueven las intenciones del voto y la oposición crece, iremos a una contienda competida, si los porcentajes permanecen similares, el 2024 estará casi definido. Quizá la altísima polarización que existe ya generó una importante definición del voto, ya lo veremos pronto…