Dejar un momento el pulso político para mirar el cine puede ser una buena opción. Hay dos estrenos fílmicos importantes en esta temporada. Por una parte, la gracia y el encanto del cine de animación, un trabajo de 15 años que llevó a Guillermo del Toro a hacer una nueva versión de “Pinocho”. Por otra parte, después de 13 años James Cameron regresa con la siguiente parte de su exitoso “Avatar, el camino del agua”. Estas dos expresiones muestran algunos de los rumbos más visibles que ha tomado el cine en estos tiempos en donde la tecnología nos lleva a la recreación de mundos inimaginables y, también, a las viejas tramas de los cuentos clásicos que se recrean para darnos una nueva sensibilidad visual. Cine artesanal y cine de alta tecnología.
En la trayectoria de estos dos directores se pueden leer la pasión que los ha llevado a hacer películas que ya forman capítulos importantes en la historia del cine. Un cine de entretenimiento, aunque suene como una repetición, porque cuál no lo es. Podríamos decir cine de acción y de monstruos. Durante mucho tiempo hemos visto las películas de Cameron: Aliens, Terminator, Titanic y ahora Avatar 2; así como La invención de Cronos, El laberinto del fauno, La forma del agua, hasta su reciente Pinocho, del mexicano Guillermo del Toro. Ambos muestran su enorme talento y, al mismo tiempo, los acentos y recursos con los que han contado para hacer sus películas.
Cameron es, sin duda, uno de los directores más taquilleros de la industria del cine y a eso ha aspirado. Se trata de una producción que se mueve en presupuestos multimillonarios. Del Toro ha tenido presupuestos menores y no aspira a ser el que más recursos obtenga en la taquilla. Los dos directores han acumulado una gran cantidad de reconocimientos en diferentes certámenes internacionales. Ahora en 2023 estas dos películas participarán en diferentes festivales y nominaciones; por lo pronto, en el primer certamen del año, los Globos de Oro, Avatar 2 está nominada a mejor película y Cameron a mejor director; Pinocho tiene tres nominaciones, como mejor película de animación, banda sonora y canción.
Las plataformas de exhibición también son distintas, mientras que Avatar se aprecia mejor en la pantalla grande y en la versión de 3D; Pinocho pasó rápido por los cines y se puede ver ya en la pantalla chica a través de Netflix. Avatar tiene efectos especiales extraordinarios y, como una novedad respecto a la primera parte, de lo que se anuncia como una serie de cinco películas, en esta segunda parte se presenta el mundo marino de forma impresionante. En Pinocho la manufactura de trabajar la animación cuadro por cuadro y elaborar a los personajes con los materiales que se trabajan a las marionetas, resulta en gestos y movimientos de mucha calidad. En su manufactura se puede apreciar con mayor evidencia las diferencias entre estas dos películas: el mundo de una animación stop motion, animación artesanal, y el de la más alta tecnología. En las dos películas se recrea una estética original con una atractiva visualidad.
La trama de cada de una y la forma de contar las historias también resultan contrastantes. Mientras en Avatar la historia y el argumento resultan relativamente secundarios frente a los efectos especiales y la fotografía, en Pinocho la historia es fundamental, las relaciones entre un padre y su hijo y la sustitución del hijo fallecido por una marioneta animada. La magia es una clave de la película, en donde intervienen personajes con poderes sobre la vida y la muerte; pero también están el papá, la marioneta, el cura, el cirquero rapaz, el grillo y el chango. En el otro mundo están la referencia central a una familia, el cuidado del medio ambiente y la relación con la naturaleza, una vida integrada con animales y plantas, sin dejar de lado la parte mágica de lo que significan las raíces y la cultura. En Pinocho aparece el mundo de la guerra y el fascismo en Italia. En Avatar son los invasores de un ejército estadounidense que quieren ocupar violentamente otro planeta, el argumento es el militarismo y la destrucción de la naturaleza, pero en la clave de una venganza personal.
¿Avatar o Pinocho? ¿Pinocho y Avatar?
Investigador del CIESAS.
@aziznassif
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