Con esta disyuntiva (golpe o muerte) se tituló una nota reciente, El País, 14 de marzo 2024. ¿Es una exageración a dos voces, o una confrontación normal de una campaña electoral? Ahora que llegamos a la fase oficial de las campañas, no se puede desconocer que hemos estado en una sucesión anticipada y que tenemos varios años metidos en una fuerte polarización. La problemática más sobresaliente en este momento político es el clima de violencia, inseguridad y captura del crimen organizado. El debate central de la campaña ha sido la evaluación de la estrategia gubernamental contra estos fenómenos y la distancia entre las promesas y los resultados. El pasado 11 de marzo fuimos testigos de un acto relevante de esta campaña: la invitación del Episcopado Mexicano a los candidatos a la Presidencia a firmar el documento “Compromiso por la Paz”.
Los tres candidatos asistieron a esta reunión en horarios sucesivos y resultó interesante la posición de cado uno frente a estas propuestas de paz. Los dos opositores, Xóchitl y Álvarez Máynez, firmaron el documento con una adhesión. La candidata de Morena, Claudia, planteó “coincidencias y diferencias”. Era esperable porque de lo contrario hubiera implicado reconocer que la estrategia oficial, que se ha calificado por especialistas, organizaciones sociales y la oposición, como fallida, realmente ha fracasado.
El mensaje de Claudia fue que no compartía la “evaluación pesimista del momento actual” (…) ni tampoco que “nuestra casa común y nuestro tejido social están en un proceso de degradación acelerada”. Se puede estar en desacuerdo con estas afirmaciones, pero será muy difícil demostrar que la estrategia ha dado buenos resultados. Si Claudia hubiera aceptado esas premisas implicaría un distanciamiento con el presidente, lo cual no va a pasar en esta campaña. La otra diferencia fue que la candidata de Morena avaló la estrategia actual y sus mediciones. Quizá el caso más debatible sea la negación que hizo Claudia sobre la militarización. Se distanció también de cualquier mecanismo internacional de coadyuvancia. Fue muy audaz al decir que la democracia mexicana empezó en 2018, cuando Morena y AMLO ganaron las elecciones, una afirmación falsa. Repitió el eje de su campaña sobre los dos proyectos de país que se disputarán en las urnas el 2 de junio próximo, dentro de 74 días: la continuidad de la transformación, contra la corrupción y los privilegios, o la regresión al pasado de corrupción y mano dura.
Claudia asume completamente las propuestas de AMLO y su narrativa es respaldar lo que dice el presidente, desde las 20 reformas legislativas, hasta la estrategia de seguridad. Cuando le preguntan sobre esta continuidad, ella dice que se trata de dos personas que comparten el mismo proyecto. En sus 100 puntos de inicio de campaña argumentó algunas partes de su autoría sobre cuidados y políticas para mujeres, pero planteó una enorme convergencia con el presidente.
El documento “Compromiso por la Paz” plantea siete temáticas: tejido social, seguridad, justicia, cárceles, adolescentes, gobernanza y derechos humanos. Claudia fue muy enfática en las diferencias y habló poco de las coincidencias. Se podría especular que comparte las otras partes que no especificó sobre los más de 130 compromisos para pacificar al país, pero no hay una certeza. Sin embargo, los desacuerdos son muy importantes para lo que puede venir si Claudia gana las elecciones. Por ejemplo: ¿qué pasará con la participación de los militares en tareas civiles y negocios, como puertos, aeropuertos, aduanas, carreteras, una línea aérea, etcétera? ¿Cómo reconstruir el tejido social? ¿Qué sucederá con los desaparecidos, los feminicidios, las extorsiones, la captura territorial del crimen y la tolerancia con la delincuencia?
Nuestra democracia no inició en 2018, ni tampoco se puede valorar sólo entre los dos extremos de una campaña polarizada (golpe o muerte), porque es una simplificación que falsifica la realidad. Llegaremos al 2 de junio con mucha polarización y retóricas extremistas, pero esperemos que la ciudadanía, a pesar de todo, pueda emitir su voto libremente y decidir cuál proyecto quiere para los próximos 6 años…