En estos días la organización Oxfam ha publicado un interesante estudio, “La ley del más rico. Gravar la riqueza extrema para acabar con la desigualdad”. El trabajo permite comprender cómo se ha incrementado la desigualdad de forma extraordinaria. Los más ricos del planeta, los milmillonarios han acumulado más riquezas y la pobreza ha crecido en los últimos años, pandemia y guerra de por medio. Además, nos permite aproximarnos a ver qué ha pasado en nuestro país con los superricos y cómo se mantiene la concentración de la riqueza.

Oxfam analiza la concentración de la riqueza y señala que desde 2020 el “1% más rico ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada en el mundo, casi el doble que el 99% restante (…) en 2022, las empresas energéticas y de alimentación duplicaron con creces sus beneficios distribuyendo 257 mil millones de dólares en dividendos a sus ricos accionistas (…) por cada dólar recaudado en impuestos a nivel global, tan sólo 4 centavos se recaudan sobre la riqueza (…) Si se aplicara un impuesto a la riqueza, de hasta el 5% a los multimillonarios y milmillonarios, podrían recaudarse 1.7 billones de dólares anualmente, lo que permitiría a 2000 millones de personas salir de la pobreza” (pág. 7). Frente a este panorama la organización propone reformas para incrementar la recaudación fiscal.

Desde el inicio de este gobierno el presidente mexicano propuso separar el poder económico del poder político, lo cual implicaba que el Estado estaba, de forma importante, capturado por los grandes intereses económicos, por lo que se hacía necesario recuperar la autonomía relativa de la política. Así se anunció desde que AMLO decidió cancelar el nuevo aeropuerto de la ciudad de México y construir el AIFA. Existen diversas capturas, la del narco, con el que siguen los enfrentamientos sin llegar a un balance diferente porque todavía hay importantes territorios del país en manos del crimen organizado; la captura mediática sigue, sin que se tenga un contrapeso público poderoso. Sin embargo, ahora que cruzamos el quinto año del sexenio podemos preguntarnos: ¿se ha recuperado el Estado mexicano de la captura? Cuando miramos lo que pasa con los recursos públicos, la distribución presupuestal y el sistema fiscal, se puede ver que la recuperación del Estado deja una enorme deuda entre las promesas y los resultados.

Una de las ausencias más importantes de este gobierno, que se afirma de izquierda, ha sido la decisión de no hacer una reforma fiscal. Se han tenido avances importantes, como suprimir las condonaciones y obligar a las empresas a pagar impuestos. Al mismo tiempo, se ha hecho una reconversión del gasto público en dos rutas, los programas sociales y las grandes obras de infraestructura en regiones pobres del país. Sin embargo, esta reestructuración del gasto se ha hecho con políticas de austeridad (republicana y franciscana) que han llevado a un estrangulamiento del sector público. Una cosa es quitar lujos y excesos, y otra es impedir una burocracia más austera, pero más eficiente. Eso no se ha logrado. La razón ha sido la negativa a realizar una reforma fiscal progresiva que grave a las grandes fortunas de los milmillonarios mexicanos.

Hay que esperar los resultados de la encuesta sobre el ingreso y gastos de los hogares del Inegi, que se dará a conocer este año, para poder hacer una evaluación más precisa sobre la desigualdad y la pobreza en nuestro país. La decisión de los recortes ha sido para no gravar a los más ricos. “Nunca había sido tan necesario incrementar el gasto público para hacer frente a la pobreza, el hambre, el cambio climático y la inflación, así como para invertir en una recuperación justa para todas las personas. Sin embargo, en demasiados casos, los gobiernos han decidido recortar el gasto público y poner en marcha otras medidas de austeridad, cuando podrían haber elegido reformas tributarias” (Oxfam, pág. 23). Esto ha pasado con la 4T.

Hay avances contra la desigualdad, como el aumento al salario mínimo y la prohibición del outsourcing, dice Gerardo Esquivel, pero la desigualdad sin ley sigue siendo un gravísimo problema en México…

Investigador del CIESAS.
@AzizNassif

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