Escuchar a AMLO hablar de la autoridad electoral en estos días es como transportarse en el túnel del tiempo a la década de los 80. La polarización puede falsear la realidad con el fin de apuntalar un argumento que no es real, es decir, que la autoridad electoral rellena urnas, falsifica actas, compra votos y roba paquetes electorales. Durante varias mañaneras el presidente critica de nuevo a las instituciones con las que tiene problemas y en una sentada repasa al INE, la UNAM, la SCJN y hasta la ONU, todo depende del humor con el que se haya despertado ese día. Del otro lado, se dice que con el Plan B vendrá el colapso democrático. ¿Qué pasa en realidad?
Con el Plan B de la reforma electoral se genera una severa afectación a la organización de los procesos electorales. AMLO dice que los conservadores y la oposición ganaron porque no se logró aprobar la reforma constitucional, y vuelve a sus argumentos de austeridad y a su plan alternativo. Al mismo tiempo, son graves las consecuencias de esta iniciativa que está a punto de completarse en el Congreso: una enorme reducción a la estructura y capacidades del INE, un debilitamiento a los procedimientos electorales, una afectación a las condiciones de la contienda, además de una serie de contradicciones sobre la constitucionalidad de la ley secundaria.
El INE hizo un análisis que merece la atención pública y, sobre todo, la mirada de los y las ministros de la SCJN, donde terminará por dirimirse esta reforma. Es importante escuchar al árbitro.
Con el argumento de bajar el costo a las elecciones, no se puede ocultar que una parte fundamental de las reglas electorales —que se han construido durante todo el periodo de la transición democrática—, ahora están en cuestión y pueden ser destruidas. Por años la oposición, hoy en el gobierno, impulsó normas y procedimientos para garantizar mínimos de confianza en los comicios. Los resultados están a la vista: la alternancia en el poder es una realidad, el voto libre y las condiciones de la competencia se han asegurado. Lo cual no quiere decir que no se han cometido excesos y errores, y que en diversos casos ha habido deficiencias importantes en el arbitraje. Sin duda, se puede mejorar el sistema electoral. Se podría innovar con el voto electrónico, una fiscalización más eficiente, ampliar derechos y acciones afirmativas, etc. El oficialismo señala que el INE es burocracia dorada que tiene que volverse austera, de acuerdo. Se podrán bajar sueldos y prestaciones, eso no es mayor problema y tendrá una aceptación general, pero otra cosa es debilitar las estructuras del servicio profesional electoral, que son la columna vertebral con la que se organizan las elecciones, eso sí es un grave error. ¿Cuál es el objetivo de poner en riesgo la certeza electoral y generar un posible conflicto de gobernabilidad para el 2024? ¿Por qué lo que se propuso como oposición, ahora, desde el gobierno, ya no vale?
Hay una paradoja. Hoy Morena y la 4T se han convertido en el nuevo partido dominante, y han ganado la mayoría de las elecciones en las que han participado desde 2018 a la fecha; todas las ha organizado el INE. Sin embargo, quieren cambiar las reglas del juego a su favor. Quieren quitar la penalización al sistema de medios de impugnación para que se puedan hacer campañas anticipadas, sin castigo ni consecuencias. Además, quieren debilitar la autonomía del INE, y reducir a su mínima expresión la estructura organizativa de las elecciones. Hoy atravesamos por un clima de simulación donde el respeto a la legalidad se ha debilitado, parece que regresamos al pasado.
Hasta el 2 de junio, cuando ya no se puedan mover las reglas, vendrá un panorama muy complicado. La SCJN tendrá la palabra, ¿decidirá irse por el lado formal (el procedimiento) o entrar al fondo de la inconstitucionalidad del Plan B?; luego vendrá el Tribunal Electoral, y después el mismo INE que tendrá que rediseñar una estrategia organizativa para reparar huecos que deje la reforma. El mejor escenario es que la SCJN no apruebe la reforma y, como dijo AMLO, si eso sucede, no pasa nada. Mientras tanto el desenlace todavía es de pronóstico reservado…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif
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