Dos años y nueve meses es lo que lleva AMLO en la Presidencia de la República, está, como dice su libro, “A la mitad del camino”. ¿Es poco tiempo o es mucho? En el mensaje del Tercer Informe de gobierno hay cifras y valoraciones que nos ayudarán a entender mejor la temporalidad política de la 4T.
Llegar a la mitad del sexenio llevó a AMLO a hacer un balance. Su mensaje está sacado de su libro. En su estrategia discursiva, del presidente señala que ya cumplió 98 de los 100 compromisos que hizo el 1º de diciembre de 2018, cuando tomó posesión del cargo. Por lo tanto, ya se podría ir satisfecho. ¿Qué va a hacer los siguientes tres años que le quedan? Esta retórica es para una autoevaluación muy positiva y, al mismo tiempo, para que en la segunda parte del sexenio lo que se logre sea como un extra. Si el sexenio se mide por las conferencias mañaneras, AMLO dice que han sido 685; si se mide por las giras, señala que ya recorrió todos los estados entre 4 y 28 veces.
El libro tiene cuatro partes: el presente; el respeto al derecho ajeno; los opositores; y el porvenir. El mensaje de fondo es que ya se logró detener el proyecto neoliberal y, sobre todo, la privatización. Lo cual se traduce en acciones importantes entre las que destacan: terminar con las complicidades para hacer negocios en detrimento del Estado, como combatir el monopolio de las medicinas, un problema que no ha terminado de solucionarse; la adquisición de gas en Estados Unidos y la construcción de gasoductos no necesarios que metieron en un problema a la CFE; y la “privatización de los reclusorios”, como un nuevo negocio. En los tres casos la 4T ha parado los millonarios bussines que los gobiernos anteriores hicieron para beneficiar a pequeños grupos de empresarios. Para enmarcar este mapa AMLO presenta un cuadro de las empresas que se beneficiaron indebidamente de condonaciones fiscales. 366,174 millones de pesos condonados a 58 grandes empresas del país en los sexenios de Calderón y Peña Nieto. Sin duda, este es uno de los datos más importantes del libro para entender las complicidades público-privadas. Suprimir estas condonaciones ha sido, junto con el aumento al salario mínimo, dos de los logros de la 4T.
Sin embargo, la visión extremadamente optimista de AMLO lo lleva a afirmar que “ya están sentadas las bases de la transformación” (p.85). Lo cual está todavía muy lejos de la realidad que todos los días lastima al país. El crimen organizado, los asesinatos dolosos, los más de 90 mil desaparecidos, el aumento de la pobreza de millones de mexicanos, son realidades que deberían moderar el optimismo presidencial.
Si su proyecto es detener el neoliberalismo, hasta ahora estamos muy lejos de conseguirlo. La macroeconomía y la estabilidad son positivas, pero es una lógica similar a la que hicieron los gobiernos pasados. En el Tercer Informe se presumieron datos que no corresponden a la acción de la 4T, como las remesas, un recurso de millones de trabajadores que se tienen que ir a Estados Unidos para conseguir un empleo mejor pagado.
El segundo capítulo es la parte internacional y se basa en la relación con Trump y en el rescate de Evo Morales de Bolivia. La tercera parte reproduce las críticas que todos los días repite AMLO en las mañaneras, a la prensa a los conservadores, a los intelectuales. Este ingrediente de la narrativa presidencial es, quizá, uno de las más cuestionables porque contribuye poco a su gobierno, y envenena el ambiente de polarización.
En la última parte, “el porvenir”, se presentan los ejes de su proyecto de gobierno y de futuro: la autosuficiencia energética, la inversión en el sur del país, el empuje económico del T-MEC y la construcción de un Estado de bienestar. Muy lejos estamos de un bienestar generalizado. AMLO considera que los cambios de sus programas sociales son irreversibles, porque algunos están en la constitución o porque la legitimidad de la causa impediría a otro gobierno a suprimirlos. Sin embargo, lo único cierto es que ningún cambio es irrevocable, la misma 4T es el mejor ejemplo…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif