Hace poco Morena renovó sus órganos de dirección y vimos de qué forma se construyó una maquinaria aceitada para la competencia electoral de 2023 y 2024. Atrás quedaron las preocupaciones por tener un partido con representación de sus bases militantes. Lo que predominó fue generar un paquete de cambios para centralizar decisiones, integrar a las estructuras gubernamentales en los espacios partidistas y dejar, supuestamente, las elecciones de sus dirigentes a merced de las encuestas de opinión.
Desde hace más de cien años los estudios de los partidos apuntan que esas organizaciones no son el espacio más propicio para una participación democrática. Fue Robert Michels que escribió en 1915 la famosa “ley de hierro de la oligarquía”. El predominio de la burocracia, la separación entre las élites y las bases y la concentración del poder, son algunas de sus características. Muchos años después Angelo Panebianco, en los años noventa, estableció un modelo para analizar a los partidos políticos. De sus criterios se puede entender que el operativo morenista fue para organizar un partido-maquinaria, que se alejó de su idea fundadora de levantar un movimiento social para la transformación del país. La estructura de gobernadores quedó integrada de forma orgánica al partido. Los incentivos colectivos, que defienden valores y proyectos, quedaron en enunciados generales sin color ideológico, consignas y frases sin sustancia.
Morena se ha adaptado de forma rápida a un ambiente político en donde lo más importante es la lucha por el poder, pero ¿podría ser de otra forma? Para sellar el nuevo arreglo se generó una concentración de las decisiones en una pequeña élite dirigente que alargó su estancia hasta 2024, cuando debería terminar en 2023; además, la dirigencia ganó un enorme espacio de libertad de las bases porque se le otorgaron dos cargos estratégicos, la organización y el manejo de las finanzas. Desaparecieron organismos autónomos y consultivos. Se garantizaron completamente los incentivos particulares.
Otra de las expresiones morenistas —como partido dominante— apunta hacia los espacios legislativos. Para sacar adelante la agenda del ejecutivo, Morena y la 4T se topan con el único límite: no tienen la mayoría para cambiar la Constitución y muchas piezas que quiere dejar AMLO pasan por esos cambios. Ante esa limitación se han puesto en operación acciones que degradan la vida política y democrática. Si los partidos y los legisladores tienen mala fama y poco aprecio ciudadano, según muchos estudios de cultura política, vemos que esa condición se la han ganado a pulso. Si el fin justifica los medios, entonces se entiende lo que ha pasado con la iniciativa de alargar a 2028 la actividad de las fuerzas armadas en tareas de seguridad. Para lograrlo se usó del fusible más débil, al desprestigiado y vulnerable líder nacional del PRI, Alito Moreno, que pasó de ser un “traidor” a un gran aliado de Morena.
En los sistemas presidenciales la formación de mayorías usa los instrumentos del Estado para conseguir votos, desde amenazas penales y chantajes políticos, hasta ofertas pragmáticas y presiones. Eso hizo Morena con Alito y también en el senado con otros legisladores. Le alcanzó con los diputados, no con los senadores. Ahora se abre un compás de espera para ver cómo puede pasar esa iniciativa, pero recompuesta. Se hará una reformulación para poner controles a la militarización de la estrategia de seguridad y negociar una mejor ruta con los senadores del PRI para sacar adelante esta iniciativa que, desafortunadamente, no resolverá el principal problema que enfrenta el país. Así opera el nuevo partido dominante.
Gabriel Zaid lo dice muy bien: “Calles transformó los partidos revolucionarios regionales en un solo partido hegemónico: el Partido Nacional Revolucionario (1929). Cárdenas hizo la segunda transformación: el Partido de la Revolución Mexicana (1938). Alemán, la tercera: el Partido Revolucionario Institucional (1946). Y, en 2018, llegó la cuarta transformación: el Movimiento de Regeneración Nacional” (Reforma 25/09/2022).
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif
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