El debate que tuvieron Trump y Kamala el 10 de septiembre fue un primer episodio para calibrar el tipo de campaña que seguirá hasta el día de las elecciones. Fue importante observar los contrastes en los proyectos: entre una visión de centro con fuertes acentos progresistas, frente a una ultraderecha simplona y mentirosa. Fue muy claro ver cómo Harris desarmó a Trump y el republicanismo no tuvo la capacidad de ubicarse frente al cambio que representó la postulación de Kamala.

Las encuestas de estos días dan números muy empatados. En las elecciones del 5 de noviembre no sólo se jugará la continuidad de una democracia, sino la necesidad de hacer reformas importantes en un sistema político que ya es obsoleto en muchas de sus reglas. Recientemente se publicó un libro interesante de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, La dictadura de la minoría, (Ariel, 2024), y son los mismos autores del famoso texto: Cómo mueren las democracias. En este nuevo trabajo los autores estudian de qué forma el sistema político estadounidense no ha podido convertirse en una democracia multirracial y arrastra una serie de herencias desde el siglo XIX, que le impiden ser una democracia moderna, representativa y funcional.

Los problemas sistémicos se han agudizado hoy en día con el fortalecimiento de la ultraderecha que encabeza el trumpismo y el Partido Republicano. Así, los problemas endémicos de representación han bajado de forma importante la calidad de la democracia estadounidense en los últimos años. Los republicanos, dicen los autores, están mucho más cercanos a los partidos ultras como el turco AKP y el húngaro Fidez, que a los partidos de centro derecha. En países que se dicen democráticos la mayoría puede gobernar y legislar, lo cual es un principio básico de cualquier democracia, pero esa mayoría no está autorizada para socavar los principios democráticos.

Una de las preocupaciones de los autores tiene que ver con lo que ha pasado con otras democracias como las de Hungría. Víktor Orban representa un buen caso de comparación en donde se ve cómo este gobernante, que hoy paradójicamente encabeza a la Unión Europea, ha logrado “una hazaña extraordinaria: no solamente hundió una democracia plena, sino que lo hizo de modo casi completamente legal” (p. 75). Primero logró una mayoría y cambió la constitución en solitario; después purgó al poder judicial e hizo un reemplazo de jueces; controló los medios de comunicación públicos y privados y capturó a los organismos electorales. Cualquier parecido con nuestro país es mera coincidencia.

Una característica del sistema político en Estados Unidos es que tienen múltiples instituciones y mecanismos contramayoritarios, señalan Levitsky y Zablatt, como el Tribunal Supremo, el federalismo, el congreso dividido y, por supuesto, el Colegio Electoral. Pero se necesitan varias reformas para sacar a esa democracia de su crisis actual, como las siguientes: quitar todas las restricciones al voto, tener una inscripción automática de los electores, votar en día domingo, desaparecer el Colegio Electoral, reforzar la representación en el Senado y actualizar los integrantes en la Cámara de Representantes (p. 250 y ss). Probablemente estos temas no serán parte de la campaña.

En la Convención Nacional Demócrata de agosto pasado, hubo diversos pronunciamientos para hacer una campaña de tierra y tocar puerta por puerta, sobre todo en los siete estados columpios (swing states), Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada, que son los que definen al ganador. La campaña de Harris trabaja a fondo en contra de los obstáculos que le han puesto a las minorías para ejercer su derecho al voto. Estados Unidos es de las pocas democracias con un sistema indirecto de elección que puede beneficiar a las minorías, como sucedió en 2016 entre Hilary y Trump. Varias contradicciones de la democracia en Estados Unidos llevan a los autores a señalarla como una “dictadura de la minoría”.

El dilema del próximo 5 de noviembre será entre votar por la “deriva autoritaria” del trumpismo, o votar por una opción progresista. Ojalá la violencia que ha rondado esta elección permita definir democráticamente el resultado…

Investigador del CIESAS. @AzizNassif

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