Una de las aportaciones más importantes de las ciencias sociales en los últimos años ha sido introducir en la agenda pública la compleja problemática de la desigualdad. El sociólogo Göran Therborn publicó un libro que cada día es más actual, La desigualdad mata (Alianza editorial, Madrid, 2015). El reciente estudio, “Informe Sobre la Desigualdad Global 2022”, establece un hecho conocido: México es uno de los países más desiguales del mundo. Esto significa que desde el siglo pasado y hasta hoy en día, el ingreso del 10% más rico está en un rango de 55%-60%, mientras que el 50% más pobre tiene sólo un 10% del ingreso, una enorme desigualdad.
En una tesis provocadora —en voz de un reconocido economista como Thomas Pikkety—, afirma que la desigualdad no es económica o tecnológica, sino que es ideológica y política (Capital e ideología, 2020). Podemos decir que es cierto, sin dejar de lado la parte económica que también cuenta y mucho. El “Informe sobre desigualdad 2022” señala que a nivel mundial 50% de la población se queda sólo con 8% del ingreso. Para este informe el problema es una “opción política”, que por supuesto no es inevitable. En América Latina, dice el estudio, el 10% superior se queda con el 55% de la renta nacional, en cambio en Europa sólo se queda con 36%. Esa es la diferencia entre estados de bienestar (hoy en crisis) y estados fragmentados como los nuestros. Con el dominio neoliberal que se inició en los años 80 (privatizaciones, desregulaciones, austeridades, estancamiento salarial), han crecido las brechas.
Además, hay dos criterios que refuerzan el problema, la desigualdad de género, en México el ingreso femenino está en 33%, por debajo de Brasil (38%) y Argentina (37%); el otro criterio son las emisiones de carbón, que en nuestro país están por arriba de varios países de América Latina. Algunas voces autorizadas, como la de Bruno Latour, señalan que la ecología es la “nueva lucha de clases” (Le Monde, 11/12/2021).
¿Qué ha pasado en México con el tema de la desigualdad? En un trabajo de Gerardo Esquivel, “Concentración del poder económico y político” que publicó Oxfam en 2015, quedó muy clara la concentración del ingreso y los niveles de acumulación: “El número de multimillonarios en México, no ha crecido mucho en los últimos años. Al día de hoy son sólo 16. Lo que sí ha aumentado y de qué forma es la importancia y la magnitud de sus riquezas. En 1996 equivalían a $25,600 millones de dólares; hoy esa cifra es de $142, 900 millones de dólares (…) en 2002, la riqueza de 4 mexicanos representaba el 2% del PIB; entre 2003 y 2014 ese porcentaje subió al 9% (…) un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de mexicanos”. Se pueden actualizar las cifras, pero la tendencia será similar porque no ha variado el patrón de acumulación.
¿Qué tanto ha cambiado esta desigualdad con el gobierno actual, que se dice de izquierda? Esquivel establece cinco criterios de una agenda para iniciar el balance. 1) Un estado social que permita el acceso a servicios básicos con perspectiva de derechos. Habrá que ver si hemos avanzado en estos tres años. 2) Política fiscal progresiva. Aquí está una de las carencias más importantes del proyecto de AMLO y la 4T. 3) Gasto focalizado en educación, salud e infraestructura, este criterio es clave. Por ejemplo, en salud, a pesar del incremento presupuestal en 2021, el país está lejos de un sistema universal de salud. Se necesitaría invertir el doble o más de lo que hoy se destina, pero de dónde van a salir los recursos sin una reforma fiscal progresiva. 4) Política salarial de aumento al mínimo. Esta parte sí se está cumpliendo en este sexenio, a pesar de que los salarios contractuales siguen con aumentos muy bajos y ya están por debajo de la alta inflación de este año. 5) Transparencia, rendición de cuentas y Estado de derecho. Aquí se abre una buena cantidad de interrogantes sobre la brecha entre la narrativa presidencial y la realidad. Sin duda, a eso se debería dedicar el gobierno actual, porque no hay buenos resultados en estas materias.
En México, no se baja la desigualdad, se administra la pobreza…