Los líderes empresariales coinciden en siete grandes tendencias laborales del futuro. Cada una implica diversos retos que deberemos afrontar.
1.Teletrabajo. Para que trabajar desde casa sea sostenible, las empresas deben ayudar a su personal a crear límites como el tipo de interacción, las "horas de oficina", compartir consejos sobre cómo rastrear el tiempo e incluso determinar a qué hora los correos se dejarán de responder. La colaboración, flexibilidad, inclusión y responsabilidad deberán conformar la nueva cultura laboral.
2. Favorecer las redes y el trabajo en equipo. Conviene dejar de depender de las estructuras tradicionales de la organización, acortar las líneas de decisión y romper silos. Las empresas que se mueven antes, más rápido y con más decisión lo hacen mejor. Es aconsejable reconfigurar la estrategia, estructura, procesos, personas y tecnología rápidamente para generar oportunidades de mayor permanencia y participación de mercado.
3. Diversificar las cadenas de suministro. Privilegiar aquellas que sean más flexibles y cortas. Optar por la "multilocalización" para reducir el riesgo de depender de una sola fuente de suministro. En la logística, ser más rápido significa adoptar nuevas herramientas de planificación digital y gestión de riesgos de proveedores. Hacerlo permite a las empresas reaccionar bien a los cambios en las condiciones de oferta o demanda. Actualmente, además, las empresas deben saber de dónde provienen sus componentes más críticos.
4. Establecer el capitalismo a largo plazo. Siete de cada diez acciones de las empresas son propiedad de los inversores a largo plazo. Tales "inversores intrínsecos", miran mucho más allá de cualquier trimestre dado, y de manera más profunda respecto a las soluciones rápidas. Además, hay evidencia de que las compañías socialmente responsables crean un valor superior para los accionistas a largo plazo. Es decir, de cinco a siete años.
5. Integrar la sostenibilidad. Se debe dejar de pensar en la gestión ambiental como un problema de cumplimiento. Es una cuestión central financiera y de gestión, una fuente de resiliencia y ventaja competitiva. Así, a medida que las empresas rediseñan sus cadenas de suministro para la resiliencia, también deben considerar los factores ambientales. Conviene acelerar la inversión en innovación, asociaciones y presentación de informes medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG).
6. La economía sin contacto. Esto aceleró la transición de la digitalización y la automatización La mayor oportunidad puede estar en las aplicaciones B2B, particularmente en lo que respecta a la fabricación, donde el distanciamiento físico puede ser un desafío. Las soluciones integrales, sin embargo, contemplan la omnicanalidad para permitir un contacto real con sus consumidores.
7. Reimaginar el regreso. El regreso después de la pandemia será un proceso gradual en lugar de uno determinado por el gobierno. Las etapas variarán, dependiendo del sector. Solo en raras ocasiones las empresas podrán accionar un interruptor y reabrir. Así, se deberán recuperar ingresos, reconstruir operaciones, repensar la organización y acelerar la adopción de soluciones digitales. En cada caso, la velocidad será importante. Llegar allí significa crear un proceso minucioso y deliberado.
¡Bienvenidos al futuro!