La inflación vuelve obsoletos los paradigmas de gestión y uno de los primeros efectos en la empresa es el desconcierto. Se trata de una de las irrupciones que mueven los esquemas fundamentales y operaciones en las organizaciones. Ante esto, se genera un gran desconcierto y se pierden los objetivos fundamentales.

Se requiere, entonces, analizar la percepción que tienen los clientes del valor ante este entorno y la manera en la que se podrán crear o reconfigurar productos y servicios para adaptarse a tales expectativas de mercado.

Por supuesto, esto implica estabilizar y rediseñar las cadenas de suministro y observar las capacidades necesarias para aumentar la resiliencia empresarial, controlar los costos, ayudar a los líderes de adquisiciones a crear valor y determinar cómo atraer y retener a los empleados en el cambiante mercado laboral actual.

No obstante, resulta crucial buscar el cambio de precios en un entorno inflacionario.

A medida que aumentan los costos, cambiar los precios para mantener los márgenes no es una tarea simple. No si se pretenden forjar relaciones más profundas con los clientes.

Lograrlo implica abordar consistentemente la rentabilidad total de clientes y productos en lugar de centrarse centran únicamente en los cambios de costos. Así, un aumento en la demanda de productos de alto costo y bajo volumen, implicará alargar los plazos de entrega, especialmente para productos personalizados y con márgenes más bajos, por ejemplo.

Ahora, todo cambio en las políticas de producción y ventas requieren explicar los nuevos niveles de servicio y alentar a los clientes a optar por alternativas más estandarizadas. El resultado puede ser un aumento general de la productividad que mantiene los márgenes sin aumentos de precios.

La analítica juega un rol crucial. Permite examinar la rentabilidad de extremo a extremo de los clientes, la disposición a pagar en relación con un conjunto de pares comparable y el rendimiento del margen a nivel de producto y servicio esperado de los cambios de precios.

Los minoristas emplean herramientas de personalización para adaptar las promociones y las empresas B2B ahora tienen herramientas de segmentación que les permiten hacer lo mismo.

El aumento de los precios en respuesta a la inflación rara vez es un movimiento único, pues está lleno de consecuencias no deseadas e inesperadas, por lo que conviene tener un consejo de tomadores de decisiones multifuncionales para responder rápidamente a los comentarios de los clientes y los mercados.

Aprovechar la oportunidad de forjar nuevas relaciones de precios con los clientes en un entorno de mayor inflación pondrá a prueba a muchos directivos.

Es recomendable generar una comunicación regular y modelos a seguir en áreas estratégicas como ventas, vigilar los márgenes a corto plazo y las fluctuaciones de precios y al unísono fortalecer los lazos con los clientes y comunicar el valor de manera más efectiva.

La acción estratégica y menos reactiva es lo que generará buenos resultados a largo plazo. En sí, la gestión de las implicaciones de la inflación requiere una respuesta multifuncional, disciplinada y ágil.

Especialista en cartera vencida, emprendimiento y liderazgo.

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