La próxima década, 350 millones de empleos cambiarán a nivel mundial y el 21% de ellos no se podrán cubrir: las empresas no encontrarán personas con las habilidades que necesitan. Muchos trabajos se automatizarán parcialmente, pero sólo algunos lograrán serlo totalmente.

La tecnología conforma un nuevo mundo laboral.

Esto va más allá del antiguo miedo de que nos sustituirán robots, la preocupación relevante tiene que ver con la propia reinvención: cómo servir mejor al cliente, participar en la resolución de problemas más sofisticada y trabajar mejor con la tecnología.

Tales cuestionamientos no se reducen a invertir más para incrementar la productividad, sino replantear el modelo de negocio y ayudar a las personas a usar la tecnología para mejorar o remplazar puestos de trabajo actuales. En la reducción de cartera vencida descubriremos en el día a día que funciona y que no. Anticipamos, así, un período de transición que cubrirá a todos los sectores económicos y distintos puestos de trabajo.

La metamorfosis que se avecina con la Cuarta Revolución Industrial estará a lo largo de toda la cadena de producción.

En el reclutamiento y selección de personal, por ejemplo, contarán más las descripciones de habilidades respecto a la experiencia. En esta nueva era, la Inteligencia Artificial será crucial para detectar quién será útil en labores que aún no existen.

Será difícil transformar toda la empresa de una vez. Deberá elegirse un problema y anticipar si la tecnología logrará una solución diferente y mejor. Después se usará como un caso piloto para mejorar la experiencia de los clientes. Esa es la manera de incorporar la tecnología con una visión pragmática y orgánica.

El proceso de transformación no estará libre de errores. Las personas deben asumir la responsabilidad de sus carreras. Pero la empresa debe darles las herramientas para lograrlo, como talleres de planificación profesional, pruebas de autoevaluación y todo tipo de cosas para pensar en su futuro.

En esta era, requerimos una mentalidad de flexibilidad y resiliencia. Esto implica mucho más que limitarse al título en un área. Ahora todos vamos a aprender, explorar, agregar nuevas habilidades a nuestras carteras y enriquecer nuestra experiencia: cambiar de trabajo e incluso de carrera.

El boom tecnológico implica profesionistas capaces de dominar la tecnología y generar una narrativa de enriquecimiento con ella, pero también se necesitan trabajadores capaces de lidiar con problemas que aún no conocemos en contextos que todavía no aparecen.

Enfrentar la incertidumbre no se limita a acceder a más y mejor tecnología cada día, sino a replantear su uso con fines específicos y que cada uno de los puestos de trabajo tenga la capacidad de negociar, comunicar, convencer y trabajar en equipos heterogéneos e inclusivos.

Reitero: mucha de la preparación para los trabajos del mañana, específicamente los que tienen gran contacto con los clientes, deberá hacerse en la cotidianeidad laboral y no en las universidades. Trabajos claves en la salud financiera empresarial, como la reducción de facturas morosas, requieren multiplicar dominio tecnológico, pero también multiplicación de capacidades blandas o esencialmente humanas.

La digitalización y otras formas avanzadas de tecnología no sólo acechan a los actuales puestos de trabajo. Ya están aquí.

Especialista en técnicas de cobranza y autor de Liderazgo para tod@s 

Google News

TEMAS RELACIONADOS